Vecinos de la parroquia vilalbesa de Lanzós temen por el resultado que podrán lograr este año en sus cosechas de maíz debido a los ataques de jabalíes que llevan sufriendo desde hace meses. Residentes que plantan maíz para usarlo en la alimentación del ganado afirman además que la situación no se da solo en las parcelas donde crece el cereal. Fincas de patatas y pequeños huertos cercanos a casas también han sufrido esas incursiones, sin que hayan surtido efecto, según las informaciones facilitadas, los cierres instalados para frenar la entrada de los animales: así, no solo el maíz sino también hortalizas como lechugas y cebollas han padecido daños. En una explotación como la SAT Cortiñas, que cuenta con un amplio establo de ganado vacuno en la parroquia, los problemas empezaron hace ya meses, al tener que sembrar de nuevo una extensión aproximada de tres hectáreas al ser atacadas las plantas poco después de ser puestas en la tierra. Los problemas se han sucedido desde entonces, y unas 25 fincas padecen con diferente intensidad la situación. Uno de los miembros de la SAT, Antonio Cortiñas, explicaba ayer, a modo de ejemplo, que si la situación no cambiaba en las próximas semanas, antes de la recogida del cereal, en una finca que ocupa cinco hectáreas podría dañarse aproximadamente la mitad de la plantación. Crisanto Cuba, vecino también de Lanzós, tiene en total unas cinco hectáreas dedicadas a maíz, que se reparte en tres parcelas. Las tres sufren los efectos de las incursiones de los animales, que no comen completamente la espiga aunque sí la dejan dañada e inservible para la alimentación. Los ganaderos explican que las vacas rechazan el maíz que ha sido objeto de las incursiones. Los matorrales y las zonas de monte bajo cercanas a las fincas de cultivo parecen ser, según la opinión de los ganaderos, el refugio de los jabalíes, cuyo número, aunque sin precisar, parece ir en aumento, de acuerdo con las opiniones escuchadas ayer. Incertidumbre Las próximas semanas serán importantes, pues corresponden al último período del maíz en las tierras antes de ser recogido. Aunque no es el primer año que se da este problema en esta zona de Vilalba, los campesinos afirman que «o 90% da xente» lo padece y que entre los ganaderos hay preocupación.