Las catas que se están realizando desde hace unos días en el castro celta de As Grobas, en Ribadeo, comienzan a dar los primeros resultados. El personal que trabaja en la zona, dirigido por el arqueólogo Emilio Ramil, está centrando la excavación en el foso defensivo más interior -el castro conserva dos y tres parapetos-, donde han realizado un corte de cinco por quince metros. El objetivo era determinar la estructura de esta muralla y se ha logrado.
Emilio Ramil explicó que el foso está realizado en roca natural cortada aprovechando el terreno y que en su parte superior se han descubierto restos de mampostería, de construcción sobre la roca, que podría corresponder con un refuerzo de la muralla o incluso con una torreta defensiva, aunque es aventurado afirmarlo por estar derrumbada.
Hasta ahora se han estudiado siete capas estratigráficas, siete franjas de tierra que han permitido verificar el trabajo que hicieron en la roca los habitantes primitivos del castro para hacer el emplazamiento defensivo.
A lo largo de esta semana se completará el trabajo de limpieza y excavación del foso, que todo apunta tendrá forma de uve. Pero desde hoy mismo ya se puede observar con cierta nitidez cómo era la muralla labrada en la roca.
Diez metros
En total se está trabajando en un tramo de unos diez metros de longitud de muralla, más el foso, en el que se profundizará hasta llegar a su base.
«Ahora se puede ver el trabajo que hicieron en el momento de defender el castro, con un corte en la piedra», apuntó Emilio Ramil, quien entiende que por ahora se están cumpliendo las expectativas suscitadas en torno al castro.
Ramil también opinó sobre el islote que está frente al yacimiento. A su entender, dada el dibujo de los cortes en la roca, podría haber formado parte del castro: «Es algo habitual en este tipo de yacimientos. Pero no creo que llegase a ser ocupado y que haya restos. En todo caso, es algo que no se estudiará ahora», manifestó.