Tirando do Fío, taller de encuentros intergeneracionales

B.?L.

LUGO

06 jul 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Baldomero y Paco tienen en común que los dos son Pestana de apellido, artistas y de Castroverde. Uno ya cumplió los 90 y el otro anda por la mitad de la década de los cincuentones y, sin embargo, no tienen parentesco y hasta hace unos pocos años no se conocían.

Baldomero, un fotógrafo que retrató a Carlos Fuentes, Bryce Echenique, Man Ray, Pablo Neruda, García Márquez y así una larga lista, emigró con cuatro años a Argentina y supo de la existencia de Paco Pestana en París: «viste, che, y yo que me consideraba único, ¿cómo es posible que haya otro Pestana y además de Castroverde?».

Paco prefirió decírselo leyendo un poema, pero en realidad también recibió un zarpazo en el hígado, o sea, en el ego. Algún testigo quedará de la cara que se le puso cuando vio un catálogo de «Pestana» en el que no se reconocía, y de la mueca de incredulidad cuando se dio cuenta de que no era él.

Todo esto y mucho más salió a la luz Tirando do Fío , un taller de intercambio de experiencias intergeneracionales que se celebró en el Museo Provincial el viernes a última hora de la tarde, en un ambiente muy distendido y entretenido a pesar de que la difusión previa que tuvo fue bastante deficiente. Se celebra en los cuatro museos de la red y es la segunda experiencia, tras otra celebrada el pasado invierno.

Este taller comenzó como experiencia en la que nietos y abuelos intercambiaron vivencias y opiniones, pero en esta segunda edición ya hubo representantes de la generación intermedia, la de los padres, y otras muchas que fragmentaron todavía más el tiempo. El hilo conductor es una vieja maleta que perteneció a Mari Paz Taboada, la monfortina que regaló el Pazo de Tor a la Diputación. De su interior la gerente de la Rede Museística, Encarna Lago, va sacando objetos relacionados con los participantes y con su tiempo, que iluminan las mentes y avivan los recuerdos de los intervinientes y demás asistentes.

Antón Goyanes también intercambió experiencias con Baldomero Pestana y Eduardo Ochoa con Valcárcel. Nacho López contó como a los 40 años, en plena vida laboral, se echó a la carretera y viajó todas las madrugadas a Pontevedra durante cinco años para hacer Belas Artes y recuperar una veta artística que había iniciado con 16 años en las clases de pintura de Blas Lourés y continuado en Artes Aplicadas.

Con niños de varias generaciones entre los presentes, unos becarios relataron su experiencia haciendo prácticas en el Museo Provincial, y unas estudiantes de Artes leyeron una carta que le habían escrito a Paco Pestana sin saber que iba a participar en Tirando do Fío . Al finalizar esta especie de catarsis etnográfico-atemporal el área de Cultura de la Diputación obsequió a todos los presentes con el catálogo de la exposición de fotos de Walter Evelyn.