La pitón de Chantada la mató un vecino que se la encontró en su casa

LUGO

05 jun 2008 . Actualizado a las 12:21 h.

Ya se sabe quién mató la serpiente pitón que fue encontrada moribunda el martes en un contenedor de basura. Fue un vecino que se la encontró enroscada en el suelo en la bodega de su casa. Ni él ni su esposa tienen ni idea de dónde pudo salir.

Fue la mujer, Lidia Montes, la que se encontró con la pitón cuando bajó de su casa para buscar algo en la bodega, que está en la planta baja del número 8 de la calle Castelao. «Vina enrollada no medio do chan, levei tal susto tal susto que me retirei para atrás porque me foi mal», explicaba ayer por la tarde, aún impresionada. «Ás cobras -añade- téñolles moito medo, é a cousa que máis medo me dá. Aínda me parece que a estou vendo».

En cuanto pudo sobreponerse llamó a su marido, Eduardo Montes, que bajó y la mató de un golpe con un hierro. Acto seguido, la metió en una caja y la llevó hasta el contenedor más cercano, el de la plaza Luis García Arias, donde Marcos Eyré, el propietario del pub A Polémica, la vio poco después y alertó a Protección Civil.

«No momento estaba tan nervioso que lle din co primeiro que collín e listo», explicó ayer Eduardo Montes. Ni se le pasó por la cabeza cerrar la bodega y avisar al Ayuntamiento o la Guardia Civil para que alguien se presentase a recogerla. Los especialistas dicen que las serpientes pitón no suelen ser peligrosas para el ser humano. No son venenosas, sino que matan a sus presas (insectos, otros reptiles o pequeños mamíferos) enroscándose en ellas y asfixiándolas. A un hombre sólo intentarían atacarlo con un mordisco si se sienten en peligro. Pero Eduardo Montes no sabía de qué tipo de serpiente se trataba. «Había que ver o disgusto que tiña a miña muller que case non puido comer en todo o día, e eu mesmo aínda hoxe non estou nada tranquilo. Non é só polo grande que era, é que eu nunca vira un animal con esas cores», cuenta.

Los Montes no tienen ni idea de quién puede ser el propietario de la pitón. Los dos aseguran que es imposible que la serpiente pudiese entrar en su bajo con la puerta cerrada. «Aquí non hai sitio polo que se poida meter nin unha formiga», afirma. Suponen que pudo colarse el sábado por la noche, aprovechando algún momento en el que los propietarios del pub que hay al lado abrieron para reponer material.