La lluvia dio un respiro a Viveiro y Castropol que pudieron lucir sus alfombras florales

La Voz

LUGO

26 may 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Una larga noche la que tuvieron del sábado al domingo los viveirenses que participaron en la elaboración de las alfombras florales del Corpus. Le pusieron ganas, entusiasmo, aunque empezaron con seis horas de retraso por culpa del «diluvio universal que cayó a las diez de la noche y que nos obligó a irnos a todos para casa, y empezar a las cuatro de la madrugada», señaló Mari Carmen López, Chipe, presidenta de la Hermandad de la Santa Cruz que es quien hace el tapiz floral, siguiendo la vieja tradición. «Trabajamos a contrarreloj, la gente está agotada pero estamos satisfechos con el resultado», expresó Chipe.

Caracolas colgantes

A las doce del mediodía, una hora antes de que saliera la procesión del Corpus, el trabajo estaba hecho: un kilómetro de recorrido por el casco histórico que seguía el perímetro interior de la antigua muralla viveirense, con amplios tapices en la plaza Maior, la plaza de la Fontenova y los atrios de las iglesias. A ellos se suman las caracolas que cuelgan sobre las calles, cargaditas de flores, y que son el símbolo del carácter marinero de Viveiro. Arena y sal teñida, medallones, representaciones propias del Corpus competían con el olor que dejaba en las calles del casco la tulla y los pétalos de las flores.

La belleza plástica de las alfombras del Corpus también se pudo ver en la localidad asturiana de Castropol, donde la climatología también respetó el trabajo de los voluntarios y permitió que saliera la procesión. Por la tarde la tarde la lluvia reapareció.