Una maltratada arrancó la pulsera de alarma para reunirse con el hombre que le pegaba

lugo / la voz

LEMOS

03 dic 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Una mujer víctima de malos tratos llegó a arrancarse la pulsera telemática que el juzgado le había asignado para evitar que su compañero sentimental la atacara con la finalidad de poder reunirse con el maltratador y, además, evitar que en el centro de control detectasen los encuentros furtivos. El hombre, de origen magrebí, fue juzgado ayer por varios delitos, entre ellos el de quebrantamiento de medida cautelar. Aceptó una pena de nueve meses de prisión por este hecho y un año y nueve meses por violencia familiar.

El fiscal imputó a K.A., de 27 años, porque frecuentemente insultaba y amenazaba a su pareja, llegando en ocasiones a propinarle bofetadas con la finalidad de imponer su voluntad sobre ella.

El 8 de julio de 2010 el condenado encontró por la calle a su pareja y le dijo que fuera a casa porque, de lo contrario, ya sabía lo que le iba a pasar, en referencia a un episodio similar en el que la había golpeado en la cara.

El acusado ingresó en prisión por esta causa el 9 de julio de 2010, con la prohibición de aproximarse y comunicarse con la víctima. Para controlar el cumplimiento de estas limitaciones a él le pusieron un GPS y a ella una pulsera.

Después de quedar en libertad y, según el fiscal, sabiendo de las prohibiciones que le habían impuesto, el acusado siguió visitando a la víctima, para lo cual contactó con ella. Ésta estuvo en todo momento de acuerdo con el plan. Facilitó al acusado las cosas porque se quitó la pulsera en varias ocasiones para evitar que el sistema alertara al centro de control del cumplimiento de la medida.

La policía interceptó varias veces a la pareja. El 2 de febrero de este año, los medios telemáticos de control fueron dejados sin efecto por no ser útiles, debido a la falta de colaboración de la víctima.

Además de todo lo relatado, el fiscal recogió que el acusado infringió en numerosas ocasiones el radio de aproximación establecido en relación al domicilio de la víctima. Además, se aproximó al lugar de trabajo de la mujer, también en numerosas ocasiones.

El fiscal atribuyó al acusado los delitos de violencia de habitual en el ámbito familiar, otro de amenazas y un tercero de quebrantamiento de medida cautelar.

La acusación pública llegó a solicitar una pena total de casi tres años de cárcel, sin embargo ésta fue modificada tras alcanzar un acuerdo con el letrado del acusado que posiblemente sea expulsado del territorio nacional donde estaba en situación de irregular.