Farmacias rurales reclaman volver a la receta de papel

carlos cortés / roi amor MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

La mala cobertura de Internet les impide atender bien a sus clientes

26 ago 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

En enero, la receta electrónica llegaba al 98% de los usuarios de la sanidad pública en Galicia. Eran datos oficiales basados en la implantación de los registros digitales en los centros de salud, pero casi nueve meses después el mapa del nuevo sistema sigue teniendo zonas oscuras. En O Saviñao, O Courel, O Incio, Samos y algunos municipios de A Mariña los problemas son de tal magnitud que el colegio provincial de farmacéuticos ha solicitado a Sanidade que autorice temporalmente el empleo de recetas en papel.

Las carencias se deben a la deficiente cobertura de Internet en muchas zonas rurales. En Samos, O Incio y O Courel, las farmacias tienen líneas RDSI, el antecedente del actual ADSL, lo que les permite una conexión muy lenta, pero más o menos continua. En la farmacia de Currelos, en O Saviñao, la única cobertura posible llega por satélite y es tan mala que en ocasiones ni siquiera tienen servicio, con lo que los clientes tienen que marcharse sin su medicamento. La presidenta del colegio de farmacéuticos, Ana Prieto, admite que no cabe esperar una solución técnica rápida. «Por eso pedimos que se autorice de forma excepcional el uso de recetas de papel», explica.

El caso de la farmacia Goyanes de Currelos es el más grave. En este establecimiento, la dispensación de recetas electrónicas es vía satélite y el servicio es lento e ineficiente. «Ver la medicación de un paciente, que en una farmacia normal lleva tres segundos, puede demorarse más de un minuto aquí cuando el servicio funciona bien», explica Pilar Goyanes, dueña del establecimiento de esa parroquia. Según la farmacéutica, estos problemas ya los ha puesto en manos del colegio de farmacéuticos, la Consellería de Sanidade y el Ayuntamiento de O Saviñao, sin haber recibido una solución.

Cuando el colegio cierra

«El último mes estos problemas se han agravado», continúa Pilar Goyanes, llegando a haber días en que el servicio no funciona en absoluto. En esas situaciones, el procedimiento que se utiliza para dispensar una receta a un cliente puede demorarse hasta quince minutos ya que hay que ponerse en contacto con el colegio de farmacéuticos. «Pero eso no es lo peor, hay días que estamos de guardia, el colegio cierra y los pacientes se tienen que ir a casa sin su medicación de urgencia, y nosotros recibimos broncas e inmerecidas protestas», apunta la farmacéutica. Pilar Goyanes ya ha enviado varios escritos denunciando el problema, pero la dificultad persiste y ninguno de los organismos implicados asume la responsabilidad de arreglarlo.