Monforte estrena la recogida de basuras sin contenedores

Carlos Cortés
carlos cortés MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Los cubos fueron instalados más tarde de la hora prevista

21 jun 2011 . Actualizado a las 14:37 h.

Monforte amaneció ayer sin contenedores de basura en la calle. Era el primer síntoma de que llegaba el nuevo sistema de recogida, la estrella de la oferta con la que FCC se hizo a principios del año pasado con la adjudicación del servicio municipal de limpieza. Pero lo difícil no era retirar los quinientos contenedores sobrantes. Lo complicado es repartir con la rapidez precisa los 2.000 cubos de quita y pon que sustituyen a los contenedores. Eso y que los vecinos asuman que al menos hasta las siete de la tarde, la hora a la que se supone que se ponen los cubos, no se puede sacar la basura de casa.

Los dos objetivos se cumplieron en el día del estreno, aunque a medias. «Mira, están poniendo los cubos. Vamos a casa rápido a sacar la basura, que si no nos la tendremos que comer», le decía entre risas una mujer a las ocho menos cuarto de la tarde a una amiga frente al centro de orientación familiar de la avenida de Galicia. Se habían topado con uno de los dos camiones de FCC que tienen que repartir los cubos cada día. El vehículo había pasado ya por las calles Reboredo, Dalmiro de la Válgoma, Escultor Francisco Moure y Sarria. Cargados en un camión, un operario los iba sacando y los dejaba en grupos de tres o de cuatro.

A las siete no estaban

Ese camión enfiló hacia la calle Roberto Baamonde a las ocho de la tarde. A esa hora, en el Cardenal no se había visto todavía un cubo. En la plaza de España, por ejemplo, el otro camión los dejó a las ocho y veinte. A pesar de lo que se pudiera deducir de la información facilitada hasta ahora por el Ayuntamiento y la empresa concesionaria del servicio, no es que los cubos tengan que estar todos instalados a las siete de la tarde. A esa hora empiezan a repartirlos. Y a las once empiezan a recogerlos, en una operación que, según cálculos del técnico municipal de limpieza, Juan Carlos Prado, se prolongará cada noche unas cinco horas.

Que los cubos tardasen en estar en su sitio fue una de las críticas que cosechó el servicio en su primer día. Uno de los descontentos es José Manuel López, encargado de una cafetería frente a la rotonda del Hórreo, en la calle Chantada. A las ocho y cuarto, allí todavía no había cubos. Pero más que el retraso, a José Manuel le preocupa qué hacer con el contenedor de 125 litros que entregó el Ayuntamiento a los hosteleros y comerciantes que lo pidieron para que vaya dejando los desperdicios hasta la hora de sacarlos. «No tenemos sitio para ponerlo, así que hoy está entre los clientes», admite. Tienen que hacerle un hueco apropiado, y separado del público para no tener problemas con sanidad. «Si no -bromeaba José Manuel-, siempre podemos colocarle un tapete encima y dejarlo ahí».

Además de ver si el reparto de cubos se hacía rápido o no, ayer también había que comprobar si los vecinos asumen el nuevo horario, que no es estrictamente nuevo. «Antes de esto ya estaba prohibido sacar la basura antes de las siete», recuerda Juan Carlos Prado. Lo que pasa es que hasta ayer siempre había un contenedor dispuesto.

Bolsas de basura en el suelo

En general, se vieron pocas bolsas en el suelo, pero las había. Sobre todo allí donde en vez de contenedores desaparecidos hay isletas ecológicas, que siguen en su sitio pero con la entrada de la basura orgánica precintada. Algunos, se supone que despistados, debieron interpretarlo como una avería y optaron por dejar las bolsas en la acera. Al lado de los contenedores subterráneos de Os Chaos la cantidad de desperdicios acumulados era considerable.

Entre los despistados no está José Luis Souto, propietario de un negocio de congelados en la plaza de abastos. «El nuevo sistema me parece muy bien -dice-, porque antes los contenedores que teníamos aquí fuera daban unos olores terribles todo el día». A él también le entegaron un contenedor de 125 litros. Lo sacará a las ocho y media de la tarde y por la mañana lo lavará antes de empezar a llenarlo de nuevo.

En el Ayuntamiento y en FCC estaban atentos a lo que pasase ayer para ver cómo funciona el nuevo sistema. Juan Carlos Pérez teme que los principales problemas vengan de la resistencia de los usuarios al nuevo horario. «Hay sanciones previstas, aunque no se van a aplicar por ahora, pero la gente tiene que cumplir. Si funciona en sitios mucho más grandes, no hay razón para que aquí no salga bien», afirma.