Las alimañas atacan al mismo rebaño de cabras en Taboada

N. D. CHANTADA/LA VOZ.

CHANTADA

30 sep 2010 . Actualizado a las 11:40 h.

La parroquia de Castelo, en Taboada, ha sido escenario de un nuevo ataque de animales salvajes a cabras. Sorprendentemente las alimañas han vuelto a atacar al rebaño de María del Mar García Torres, una vecina de la aldea de Airexe. En esta ocasión los animales le han matado las tres cabras que le quedaban, tras la agresión registrada el pasado 17 de septiembre, en el que la mujer perdió dos ejemplares y otro resultó herido.

La finca en la que María del Mar García guardaba su rebaño estaba cerrada con una alambrada de 1,80 metros, pero el cierre no fue suficiente para impedir que los autores del ataque pudiesen saltarlo y acceder a los animales por segunda vez en menos de dos semanas. Como viene siendo habitual en las últimas agresiones a ganado que se están produciendo en el sur de la provincia de Lugo, el prado está próximo a las viviendas del lugar, e incluso linda con el muro de una casa habitada.

La autoría de este ataque y de los registrados en los últimos meses en otras parroquias de Chantada está todavía está por determinar. Vecinos y afectados no se ponen de acuerdo a la hora de apuntar a un posible autor. Unos defienden que son los lobos los responsables de estas fechorías y otros se inclinan más por perros salvajes que merodean la zona.

Pedro Alonso, biólogo e integrante del grupo ecologista Erva, señala que actualmente en la zona de Chantada vive un grupo de estos animales en la sierra de O Faro. «Esa é unha zona de cría habitual e tradicionalmente ten habido danos provocados polos lobos así que podería ser que nas parroquias próximas a esta zona fosen os autores dos ataques», afirma. A pesar de que los ataques tuvieron como escenario fincas y prados situados en parroquias muy alejadas de la sierra -las chantadinas San Pedro de Líncora, San Salvador de Asma y Camporramiro y la taboadense Castelo- en febrero del 2004 en Vilaúxe, próxima a estas parroquias, una becerra fue atacada y devorada por una loba adulta y dos cachorros, tal y como presenciaron los dueños del animal.

«Dende hai oito anos abandonouse o costume de deixar no monte cadáveres de vacas e porcos, dos que se alimentaban principalmente estes animais -indica- polo que agora baixan ás explotacións gandeiras na procura de alimento». Pero Alonso también apunta a los perros salvajes como posibles responsables de los ataques. «Na zona de Chantada está comprobado que tamén hai cans salvaxes que se alimentan doutros animais, xa que neses lugares onde se depositaban as preas para ser consumidas polos lobos, á última hora da tarde, antes do anoitecer, subían grupos de cans salvaxes a comer os restos», añade Pedro Alonso.

En la zona de O Faro, actualmente hay un grupo de lobos, conformado como mínimo por cinco o seis miembros. «Pode ser que a manada conte con outros dous exemplares, xa que cada grupo reproductor nesta época do ano está formado por tres ou catro adultos e o mesmo número de cachorros», indica Alonso.

La prohibición de depositar cadáveres y restos de animales muertos en el monte fue impuesta hace menos de una década con la propagación del mal de las vacas locas, al ser considerados materiales de riesgo. Esta restricción obligó a los lobos a modificar sus hábitos alimenticios. En el año 2000, un estudio señalaba que los lobos que habitaban la sierra de O Faro se alimentaban en un 80% de desperdicios de vacuno y porcino de las granjas de Chantada y Rodeiro, y en un 20% de corzo y jabalí.

En las zonas donde abundan los caballos salvajes, los lobos depredan los potros e incluso los terneros de vacas de monte, pero no es el caso de Chantada. Actualmente su alimentación la conforman corzos y jabalíes, e incluso perros.