El poblado de A Chaira, un llamativo vestigio de un período de grandes cambios

La Voz

LEMOS

01 jul 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

En la margen lucense del Sil, uno de los vestigios más visibles que quedan de los tiempos de la construcción de los embalses -aparte de las propias presas- es el poblado de A Chaira, levantado en el municipio de Pantón para albergar a los trabajadores del embalse de Santo Estevo, construido por la empresa Saltos del Sil. La propiedad, al igual que la instalación hidroeléctrica, pertenece ahora a la empresa Iberdrola.

A finales de la pasada década, las diputaciones de Lugo y Ourense barajaron proyectos de desarrollo turístico en los que se pretendía reutilizar este poblado, deshabitado ya desde hace mucho tiempo, que conserva una característica arquitectura funcional de mediados del siglo pasado y está enclavado en una zona de gran atractivo paisajístico. El proyecto consistía en construir un teleférico sobre el Sil que enlazaría este punto con el monasterio ourensano de Santo Estevo, situado en la margen opuesta. El organismo provincial lucense pretendía también aprovechar las construcciones abandonadas para convertir el lugar en una residencia turística, pero los planes no llegaron a cuajar y A Chaira sigue como entonces.