Un puente misterioso en el Sil

Francisco Albo
Francisco Albo MONFORTE/LA VOZ.

LEMOS

El vaciado del embalse de Santo Estevo pone al descubierto las ruinas de una construcción que podría ser la que mencionó el licenciado Molina en 1550

28 may 2010 . Actualizado a las 10:26 h.

El descenso de las aguas del Sil causado por las obras de la empresa Iberdrola en el embalse del Santo Estevo no solo puso al descubierto los restos del autobús que se precipitó al río en enero de 1965 cuando circulaba por la carretera de Monforte a Castro Caldelas. Cerca de donde se produjo aquel trágico suceso, en las inmediaciones del puente de A Abeleda, la bajada del cauce hizo emerger también un vestigio del pasado bastante más antiguo y misterioso: las ruinas olvidadas de un puente que podría ser el mismo que mencionó en 1550 el licenciado Bartolomé de Molina en su célebre Descripción del Reino de Galicia .

Las ruinas que han emergido de las aguas consisten en los restos de dos pilares de piedra de esquisto y cuarcita. Uno de ellos, que aún conserva un tamaño considerable, se encuentra en la margen derecha, en la zona donde limitan los municipios de Sober y Monforte. El otro, bastante peor conservado, se halla en la orilla ourensana. En la margen del río inmediata a este último pilar pueden verse también los restos de lo que parece ser una rampa de acceso al puente.

El arqueólogo monfortino Iván Álvarez Merayo considera posible que estas ruinas sean las del puente del que habló el licenciado Molina. Según su testimonio y el de otros escritores de la misma época -que lo mencionan como «puente de Paradela»-, la estructura central del puente desaparecido estaba construida en madera. En los dos pilares pueden verse unos mechinales o huecos que parecen haber servido para sujetar vigas, lo que coincidiría con los referidos testimonios históricos. Merayo todavía no ha examinado en detalle estas estructuras, pero en la breve observación que hizo por ahora no ha visto indicios de que se trate de una construcción de la época romana. En este primer examen también ha sacado la conclusión de que los pilares fueron retocados o reconstruidos en alguna ocasión.

Olvido total

Las llamativas ruinas nunca han sido objeto de un estudio arqueológico y desde la construcción del embalse, en 1955, han estado olvidadas por completo aunque desde entonces el nivel del agua ha descendido en varias ocasiones lo suficiente como para dejarlas al descubierto. Iván Álvarez tiene previsto aprovechar las obras del embalse -que mantendrán las aguas unos treinta metros por debajo de su nivel habitual hasta finales de octubre- para analizar estos restos con más detenimiento. El examen podría aclarar si esta construcción es o no la que en su tiempo llamó la atención del licenciado Molina. En todo caso, seguramente ayudará a sacar a la luz un singular y desconocido aspecto de la historia de la Ribeira Sacra.