De la informática a los «sequeiros» de Castro Portela

L. D.

LEMOS

08 feb 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Las vueltas que da la vida. Traductor informático y urbanita por obligación hasta hace poco, Luis Figueiroá se ha acostumbrado a rastrear cobertura por las olvidadas corredoiras de Parada dos Montes cada vez que tiene que echar mano del móvil. Allí, en la montaña de A Pobra do Brollón, Internet es un lujo y ni siquiera está garantizado el poder comunicarse por teléfono cuando nieva. «Non sei como farán en Suiza», se pregunta con un aire socarrón al otro lado de la línea.

Luis dejó hace unos meses un trabajo de oficina en Pontevedra para instalarse en Parada dos Montes, en la antesala de la sierra de O Courel. «Tiñamos comprado un sequeiro en Castro Portela e buscamos unha casa o máis cerca posible dos soutos do Courel. Apareceu unha oportunidade en Parada e aquí estamos encantados», explica.

Junto a su pareja, Sabela Facal, que era dependienta de una tienda de productos ecológicos de A Coruña, pasó a formar parte del paisaje de una aldea que, fuera de vacaciones y algún fin de semana, no pasa de diez vecinos. «O tema da comercialización da castaña gustábanos e estamos dando os primeiros pasos para ver que se pode facer», apunta Luis. Este otoño han hecho una primera prueba con castaña seca, que es la elaboración que les parece más adecuada para la producción de los soutos que tienen arrendados . «Se conseguimos a cantidade axeitada e saen as contas daremos o paso á comercialización», detalla. De momento su iniciativa, bautizada como O sequeiro da Portela , ya circula por Internet como un proyecto de recuperación de la cultura de la castaña a través de la regeneración de los soutos centenarios de O Courel.

Las copiosas nevadas de este invierno no enfriaron los ánimos de la joven pareja. Aseguran que en A Pobra atienden bien las carreteras y como mucho pueden estar aislados un día. «Deixamos a cidade buscando un modo de vida diferente. Cando traballaba en Pontevedra soñaba con estar onde estou e agora non estrano o meu traballo», dice Luis. Más que los temporales, le preocupa el apoyo de las administraciones: «Non sei se será moito pedir, pero penso que a xente que está nas nosas condicións debería ter máis axudas. Nós traballamos para manter a paisaxe que outros disfrutan».