Patrimonio ignorado en Vilasouto

C. Rueda / F. Albo

O INCIO

Una breve recorrido por la orilla del embalse de O Incio permite visitar dos singulares muestras del acervo histórico y arqueológico de la zona

07 nov 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

A orillas del embalse de Vilasouto, en O Incio, se conservan dos notables muestras de patrimonio histórico y arqueológico, la iglesia románica de San Mamede y los petroglifos de O Agro do Pepe, que otorgan un singular interés a este paraje. Para visitar estos lugares sólo es preciso efectuar un sencillo recorrido a pie de de unos seiscientos metros.

Para llegar al embalse hay que salir de Cruz do Incio por la carretera LU-643 en dirección Bóveda. A la salida de Laiosa -en el kilómetro 5,5- hay que desviarse a la derecha hacia el pueblo de Vilasouto, situado a tres kilómetros. Una vez allí, se puede tomar la carretera de Goó, que corre junto al embalse. Pero es más recomendable hacer el recorrido partiendo del área recreativa de Vilasouto, por un camino recientemente acondicionado que discurre a lo largo del perímetro del embalse.

La iglesia de San Mamede de Vilasouto está a unos cuatrocientos metros a la izquierda de la carretera de Goó. Fue originalmente un templo románico, construido a mediados del siglo XII, y de ese período conserva algunos rastros, sobre todo en su puerta principal. La nave data del siglo XVI y está dividida en dos cuerpos, separadas por un conjunto de arcos y columnas rematadas por capiteles con motivos florales. El piso está recubierto de madera, que tapa los restos de antiguas sepulturas. La puerta principal está protegida por un llamativo cobertizo, sostenido por cuatro columnas rematadas en capiteles con elementos decorativos.

El edificio, reformado en varias épocas, sufrió un importante incendio en junio de 1936, siendo restaurado después por los vecinos del lugar. Está cerrado al culto desde 1970, año en el que se construyó el embalse. Hoy se encuentra en estado de abandono y ofrece un penoso aspecto, que clama por un proyecto de restauración.

Grabados rupestres

Para continuar el paseo hay que volver al camino, cruzar una pasarela de madera y caminar en dirección a la orilla del embalse. El sendero finaliza al cabo de unos cincuenta metros. Después hay que seguir andando por la orilla del embalse por espacio de unos cien metros, hasta llegar a la altura de un roquedal. En ese lugar se encuentran los petroglifos de O Agro do Pepe.

Los grabados rupestres -datables entre la Edad de Bronce y el período castreño, como la mayoría de los petroglifos gallegos-se encuentran repartidos en dos rocas de pizarra. En ellas se pueden observar varias cazoletas o coviñas, marcas con forma de herradura, alguna figura de apariencia humana y diversos signos en forma de cruz, que pueden haber sido realizados en épocas posteriores con la idea de cristianizar el lugar.

Los petroglifos han sufrido recientemente los efectos del vandalismo y junto a los grabados milenarios pueden verse hoy algunas inscripciones hechas por visitantes incívicos que amenazan con arruinar el valor arqueológico del lugar. La mejor época para observarlos es des comienzos del verano hasta mediados del otoño, cuando las aguas del embalse están por debajo de su nivel normal. El resto del año permanecen sumergidos.