La gira helvética de Louzarela

B. Lázare

LEMOS

El brindador de la montaña lucense llevó sus regueifas al Centro Gallego de Lausana, donde actuó ante un público que desconocía esta antigua tradición

20 may 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Tres horas en taxi desde Louzarela, en las proximidades de O Poio, hasta Lavacolla. Casi tantas como el viaje en avión hasta Ginebra, con escala en Madrid. Antonio Río Montero viajó el pasado fin de semana al país helvético invitado por la Consellería de Cultura para mostrar a los emigrantes y a bastantes suizos cómo eran los brindos, aunque él ya no los utiliza para pedir tabaco en las bodas sino que los adapta al auditorio.

«Canso non cheguei porque non tiven que conducir e fun todo o tempo sentado», ironizaba ayer O Ribeira de Louzarela, a pesar de realizar un viaje relámpago, tipo ejecutivo de multinacional. Salió de su casa el viernes a las nueve de la mañana y llegó a Santiago a mediodía. Tras la correspondiente espera, que fue larga, acompañado por un fotógrafo cogió el avión y, después de una escala en Madrid, llegó a Ginebra por la tarde, tras otro recorrido en los modernos trenes de aquél país.

En Ginebra lo esperaba su hijo y todavía tuvieron que recorrer los cien kilómetros de distancia hasta la casa de éste. La actuación fue el sábado por la tarde en Lausana, con cena incluida para más de un centenar de personas que asistieron a la especial actuación. Aunque la mayoría eran emigrantes, también había nativos del país helvético, según señaló O Ribeira. Aseguró que se portaron todos muy bien con él y cuando llegó lo recibieron el presidente del centro gallego y el secretario, José Polo, natural de Guitiriz.

Además de sus brindos, actuó un grupo de gaitas del propio centro y la animación fue grande. El domingo por la mañana todavía volvió a decir sus brindos entre los presentes en el centro gallego. Por la tarde, al avión nuevamente para llegar a las ocho a Lavacolla y a las once a su casa de Louzarela.

«Alí brindei á miña maneira; recordeilles a Galicia e á Xunta, que me invitou a viaxar», dijo, tras reconocer que había recibido muchos aplausos. «Hoxe Galicia está ben, que está libre de penas/ porque está celebrando o Día das Letras Galegas», brindó a la concurrencia, aunque no todos fueron de temática tan literaria porque, a petición de un directivo, también le regaló uno a una socia del centro gallego que tenía un escote reglamentario. «O meu fillo tamén levou as del», concluyó.