«Conducir locomotoras de vapor no era trabajo, era casi esclavitud»

LEMOS

18 oct 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Monfortino de 48 años, José Antonio Castro lleva veintisiete como maquinista en Renfe. Además, puede presumir de ser uno de los pocos españoles -según él, son unos setenta- capacitado para conducir una locomotora de vapor.

-¿De que sirve hoy saber conducir una maquina de vapor?

-Es algo simbólico. El bum de los museos del ferrocarril hizo que se formase gente joven para conducir el parque de locomotoras que tienen estos museos.

-Nada que ver con conducir las modernas locomotoras.

-La tecnología, como en todos los campos donde se aplica, es una gran ayuda. Yo no llegué a conocer la época del vapor propiamente dicha. Ahora aquellas viejas locomotoras van con gasóleo. Pero los que la conocieron, dicen que aquello no era trabajo, era casi esclavitud.

-Y hoy, ¿es un trabajo duro?

-Todo cambia con los años. El vapor era mucho más duro que cuando yo empecé a trabajar en esto. Hoy es mejor que entonces y mañana será mejor. A medida que avanza la tecnología, mejoran las condiciones de trabajo. Lo peor hoy en día son los horarios. Dependes por completo de los horarios de circulación. No tienes un horario marcado.

-¿Cuantos maquinistas trabajan hoy en Monforte?

-No conozco la cifra exacta, pero hay unos cincuenta. En algún momento llegamos a ser ciento treinta en plantilla, entre maquinistas y auxiliares. Pero a partir de principios de los noventa esto empezó a decaer.