En libertad el joven que causó el desalojo de la estación de Lugo

Xosé Carreira LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

«No fue más que una broma», aseguró el acusado de amenazas graves

09 dic 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Durmió en los calabozos de la comisaría, pero ayer a media mañana quedó en libertad. Deberá comparecer en el juzgado los días 1 y 15 de cada mes porque está imputado por un delito de amenazas graves. El veinteañero que provocó el caos al decir que había explosivos en unas mochilas que, junto a un conocido, dejó en la consigna de la estación de autobuses de Lugo, aseguró que todo había sido una broma y que no era consciente de que podía montarse semejante lío.

El gran despliegue ocasionado por el caso de la supuesta bomba en la terminal de buses lucense contrasta con aspectos extremadamente curiosos. El muchacho que acabó detenido vive de tocar la guitarra por las calles. Ese instrumento fue clave para que la policía, finalmente, lo acabase deteniendo. Hacía unos días que se había encontrado con otro joven del que se hizo colega. Los dos se presentaron a primera hora de la mañana del miércoles en la consigna para deshacerse de sus mochilas y poder callejear por la ciudad en busca de ayuda.

El detenido contó que, en el momento de dejar los bultos, no tenía ni un céntimo encima, razón por la cual el encargado de la consigna no quiso aceptar los mismos. Ante esta situación el joven le dijo: «Bueno, pues te lo dejo igual y, a lo mejor, en hora y media subes al cielo». Seguidamente, guitarra al hombro, abandonó el recinto en compañía de su amigo y sin las mochilas.

El imputado declaró que lo de subir al cielo fue una broma y que jamás pensó que hubiese provocado un despliegue y un caos semejante.

La policía localizó dos horas después a los veinteañeros. El responsable de la consigna aportó un dato fundamental: la guitarra. También se refirió a algunos aspectos físicos. Era cuestión de peinar las calles del centro. El joven ya estaba preparando su sesión de instrumento en una calle para conseguir recabar algo de calderilla. Era completamente ajeno a lo que había montado con su actuación.

Ayer, cuando la responsable del Juzgado de Instrucción número 2 de Lugo lo dejó libre, una de sus preocupaciones era la económica. «¿Cuánto tengo que pagar?», le preguntó a su abogada. Poco después, la policía lo condujo hasta el coche patrulla para recoger del maletero su inseparable guitarra y también las bolsas que contenían la ropa que estaba en la mochila y que los especialistas en explosivos reventaron para saber qué era lo que había dentro.

Ahora, el joven queda a la espera de la acusación que haga finalmente el fiscal. Puede enfrentarse a una multa y hasta a un año de cárcel.

«Lo de la mochila no fue más que una simple broma y no soy consciente de lo que hice»

El detenido