Rechaza fijar tasas para consultas, tratamientos e intervenciones
08 dic 2011 . Actualizado a las 14:34 h.El Gobierno gallego situó ayer en el centro del debate político una posible refinanciación del sistema sanitario dirigida a asegurar la gratuidad universal de las prestaciones básicas, como serían las consultas médicas o las intervenciones quirúrgicas, pero dejando abierta una puerta a la revisión de los servicios complementarios que no son estrictamente sanitarios, como las comidas, pernoctaciones de acompañantes o las duchas, «sobre as que se pode reflexionar».
El debate lo abrió el propio presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, al mostrar ayer su rechazo a la introducción de «taxas directas» por las prestaciones sanitarias, como sería el caso del tique moderador implantado en Cataluña. «Esto sería o último recurso, é algo que eu non aconsello», manifestó Feijoo en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consello, matizando además que una medida de esta índole solo podría contemplarse en el marco de una quiebra del sistema público de salud. En cambio, Feijoo sí apostó por abrir una «reflexión» sobre la financiación de otras prestaciones «non debidamente sanitarias», al hilo de las declaraciones realizadas en este sentido a un canal televisivo de Intereconomía.
El mandatario autonómico se mostró muy preciso a la hora de enumerar los servicios que no admitirían copago alguno, al aludir expresamente a las consultas médicas, las pruebas diagnósticas, los tratamientos y la actividad quirúrgica. Pero sobre las prestaciones complementarias se mostró más ambiguo, remitiéndose en todo caso a sus declaraciones televisivas, en las que abogó por aprobar de forma «rápida» e «inmediata» un nuevo modelo de prestación farmacéutica, pues entiende que no carece de sentido que el grado de copago de los medicamentos venga marcado por la edad y no por el nivel de renta.
En lo que respecta al cobro por otras prestaciones no estrictamente sanitarias, como serían, dijo, «ducharse, comer, dormir», Feijoo constató que existen países del entorno europeo que ya las cobran, si bien dijo que, antes de plantearse el decidir lo mismo en España, habría que hacer «un ajuste importante en el ámbito de la farmacia» para que pague más quien más tiene.