El alza de peticiones de ayuda ahoga a las entidades benéficas

maría cedrón REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Algunas han tenido que cerrar determinados proyectos y otras han reducido personal debido a la rebaja de ingresos

04 dic 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Viernes. Nueve de la noche. El teléfono suena en Renacer, una entidad benéfica coruñesa. En una calle del centro de la ciudad un hombre duerme en la calle. En algo más de una semana han muerto tres personas en la ciudad que no tenían hogar. Cáritas calcula que hay 4.000 en toda Galicia. La Cruz Roja atiende a 1.115. «Vamos a recogerlo para darle un cobijo», responde por teléfono el director del colectivo, José Fernández Pernas. Y eso que los hogares que tienen distribuidos por la comarca no dan abasto. Tienen ocupadas sus 70 plazas. «Tenemos otras dos durmiendo en un salón para no dejarlos tirados», añade. No son los únicos que empiezan a estar desbordados. «Tenemos 150 enfermos internos y en el albergue hay 40 plazas para hombres y 20 para mujeres. Están llenas. A veces duerme alguna gente en el salón», dice José Donaire, responsable de los Hermanos Misioneros de los Enfermos Pobres de Vigo.

Desde este colectivo comentan que la Xunta les daba 140.000 euros al año. «Este año no llegó esa cantidad, fueron 25.000 euros menos y nos han enviado una carta según la cual van a rebajar 10.000 euros más. También los donativos han bajado porque no hay dinero», comenta. Todo eso está ahogándolos. «Además, hemos tenido una factura de agua de dos meses de unos 8.000 euros. Antes no pagábamos el agua por ser una entidad benéfica», dice.

Este contexto no es nuevo. Hace meses que algunas entidades benéficas llevan advirtiéndolo y cada día que pasa la bola de nieve es más voluminosa. «Y lo que nos va a venir», asegura el director de Cáritas en Tui-Vigo, Ángel Dorrego. No solo habla de los que no tienen hogar, también de todas aquellas familias que podrían quedarse en un estado de pobreza extrema. Y es que al mismo tiempo que el volumen de peticiones de ayuda de servicios fundamentales crece (Cáritas registra con respecto al año anterior en diócesis como Santiago u Ourense unos incrementos estimados de entre un 33 % hasta octubre y un 36 % hasta el pasado día 15, respectivamente), muchas entidades se enfrentan a recortes en su volumen de ingresos que en algunos casos les impiden ofrecer todos los recursos.

Adiós al piso tutelado

«Este ano tivemos que pechar por falta de fondos o piso tutelado que tiñamos para integrar a persoas que non teñen fogar», explican fuentes del albergue de San Francisco, en Santiago. Esta institución, sostenida por la orden con la ayuda de fondos que vienen del Concello, el Gobierno autónomo y también entidades como Novagalicia Banco, registró ya desde finales del año anterior un aumento del número de transeúntes. «Hai moita xente nova, algúns quedaron sen emprego e carecen dun colchón familiar ou un entorno de amigos que lles poidan botar unha man», apuntan. El albergue tiene 28 plazas. Están cubiertas. Además, reparten comida a familias y hay medio centenar que están aguardando para ello. Porque el problema en la comunidad no solo está en las personas que viven en la calle. Hay muchas familias que no tienen recursos para pagar un alquiler, la comida y ahora, incluso, medicamentos o audífonos, como explican desde Cáritas de Mondoñedo-Ferrol.

El colectivo Amigos de Galicia, con presencia en toda la comunidad y que obtiene comida del Fondo Español de Garantía Agraria y de empresas particulares, advierte también de ese incremento. Su labor es ofrecer lotes de comida todos los meses. Los reparten a más de 18.000 personas, de las que unas 11.000 son menores. Para el año que viene, explica el responsable de esta entidad, Jesús Busto, esperan duplicar los recursos. Pero no todos pueden decir lo mismo. En Cáritas de Santiago apuntan que un 33 % de sus fondos provienen de recursos públicos. «Hemos experimentado una rebaja, pero no está contabilizada», explican fuentes del colectivo. Y eso ha repercutido en varios programas que intentarán sufragar ahora con fondos propios. Incluso hay entidades que ya han tenido que despedir personal. Un ejemplo es la coruñesa Ecodesarrollo Gaia. «Hay unas cuatro personas menos trabajando», explican.

11.000

Personas con menos de 18 años que reciben comida

El colectivo Amigos de Galicia distribuye cajas de comida a muchas familias. En ellas hay más de 11.000 menores.