Cada uno de los 300 nombres y datos del censo de Arbo sobre los que BNG e Independientes han investigado tienen su propia historia. Aunque no quieren hacer públicos los documentos hasta que lleguen a la Fiscalía, reconocen que existen multitud de curiosidades. Por ejemplo, uno de los DNI sobre el que han seguido la pista, y que supuestamente pertenecía a una joven de 18 años del municipio, corresponde en realidad a un hombre de más de 80 años que reside en Foz. El anterior gobierno de Arbo, liderado por el PP, decidió no responder ayer a estas acusaciones, asegurando que necesitan estudiar las pruebas en que basan las críticas para poder contestar. «No tengo nada que decir, tan solo lo califico como patético. Son fuegos de artificio para desviar la atención sobre su mala gestión», arremetió el actual responsable del partido, Horacio Gil, que recibió el testigo del exalcalde Manuel Rivera.