Galicia es la segunda comunidad que pierde más población

Xurxo Melchor
xurxo melchor SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Las jornadas de la EGAP alertan de la «desertización demográfica» gallega

29 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Pensar en Galicia como un desierto demográfico asusta. Pero también es necesario. Porque es importante poner luz sobre un problema del que existe poca conciencia social y que actualmente es analizado solamente desde los ámbitos intelectuales y académicos. Debatir sobre la demografía gallega, diagnosticar sus causas y buscar soluciones ha sido el eje sobre el que han girado las jornadas que se han desarrollado en la Escuela Galega de Administración Pública (EGAP), en Compostela, bajo la dirección de los profesores Xosé Luís Barreiro y Rosa Matilde Pascual, de las universidades de Santiago y de A Coruña.

Esa realidad preocupante dibuja una Galicia que es la segunda comunidad autónoma que más población pierde, superada solo por Asturias. Y, si bien es cierto que, como puntualizó el profesor Luis Antonio Caramés en la ponencia que ayer clausuró las jornadas, hay diferencias entre la Galicia atlántica y la del interior, el problema supone una amenaza para que podamos conservar el país tal como es. «Si no atendemos a los retos ahora es posible que Galicia fracase como proyecto, que no sea viable tal y como la concebimos y que tengamos que insertarnos en otro proyecto», explicó Barreiro Rivas.

Qué hacer ha sido la pregunta a la que han intentado dar respuesta todos los expertos. De hecho, con las conclusiones de la cita se publicará un libro y la Xunta, promotora del encuentro, las tendrá en cuenta a la hora de elaborar las políticas que combatan la desertización demográfica de la que se ha alertado en las conferencias.

No más cheques bebé

Entre esas soluciones no estarían, precisamente, las políticas del tipo cheque bebé que premian solo la natalidad «porque tener un hijo se decide en función del contexto», señaló Barreiro incidiendo sobre una idea que fue central en la conferencia previa de Luis Antonio Caramés, que reclamó más políticas que ayuden a crear bienestar, que concilien la vida familiar y el trabajo y que organicen mejor el mercado laboral para romper lo que él denominó la «infecundidad involuntaria», que afecta a muchas mujeres que queriendo tener hijos no lo hacen por no tener trabajo o por dificultades para poder atenderlos.

De hecho, la edad media de las mujeres para tener su primer hijo es ahora de 31 años, lo que está provocando una caída de la natalidad, como alertó Eduardo Hertfelder, del Instituto de Política Familiar.

En este sentido, Barreiro consideró que lo que mejor puede contribuir a invertir la pérdida de población en Galicia es «un cambio cultural» en torno al papel de la mujer en la vida laboral y a reconocer el hecho de ser madre incentivándolo, por ejemplo, mejorando los permisos de natalidad y no poniendo trabas desde las empresas, como señalaron Rita María Radl, de la USC, o María Pazos, de la Plataforma por Permisos Iguales.

Las jornadas también trataron otros aspectos del problema, como la nueva emigración al extranjero de jóvenes gallegos, o la bajada de la inmigración.