El Gobierno portugués está dispuesto a hacer del peaje una de sus múltiples herramientas de recaudación para reducir el déficit de la República y en especial la deuda de la empresa pública Estradas de Portugal. Mientras ultima la implantación del cobro automático en cuatro autovías más del país en este mismo mes, incluida la que parte de la frontera con Verín, el Ejecutivo de Passos Coelho se plantea ahora aplicar la misma fórmula a los tramos gratuitos de los accesos por autopista a Oporto y Lisboa.
Según trascendió ayer, la A-3, la autopista que utilizan la mayoría de los gallegos para acceder a Oporto, podría contar en su tramo final con dicho sistema de cobro. El recorrido hasta ahora gratuito entre Maia y Águas Santas -el inmediatamente posterior al desvío al aeropuerto Sá Carneiro- sería el afectado, como también se estudia para la autopista A-4, que desemboca en Oporto desde Amarante. La fórmula se reproduciría igualmente en Lisboa, tanto en un tramo de la A-1 que une con Oporto, como en la margen contraria a la capital a partir del puente 25 de Abril.
La N-13, única alternativa
La utilización de los peajes automáticos en el acceso a Oporto por autopista dejaría únicamente a la vieja y saturada carretera nacional (N-13) al margen del polémico sistema. De implantarse finalmente, los automovilistas gallegos se verían en la obligación de adquirir en sus viajes a Oporto alguno de los dispositivos de pago electrónicos, lo que se evitaba hasta ahora para los que utilizaban la autopista A-3, al poder pagar en las cabinas atendidas por personal de la concesionaria.
En todo caso, como ocurrió con la implantación de los peajes en las autovías del norte -hace hoy un año- la confusión que rodea a la extensión del cobro en viales gratuitos es absoluta. Aunque se había anunciado que el Consejo de Ministros aprobaría hoy un decreto marcando los precios y las fechas de los nuevos tramos con peaje, la ruptura de las negociaciones con la concesionaria de la autovía Verín-Chaves con Viseu para modificar su contrato e introducir el cobro dio al traste con dicha previsión.
El Ejecutivo admite que tiene encima de la mesa varios proyectos para incrementar los ingresos de Estradas de Portugal, pero elude avanzar cómo aumentar el exiguo 10 % del coste de las concesiones de las autovías que obtiene con los peajes automáticos.
La nueva hipótesis de cobro ha encendido ya los ánimos de los representantes políticos del área metropolitana portuense, que recuerdan que los peajes que ahora se tratan de implantar habían sido eliminados en 1995.
El partido del primer ministro luso, el PSD, impulsa incluso desde su agrupación de Vila do Conde un boicot el próximo domingo al uso de la autovía A-28 que acerca Galicia a Oporto, para advertir así del colapso que está sufriendo la antigua carretera nacional, al ser utilizada por muchos automovilistas que tratan de evitar los tramos de pago.