Solo el 8 % del suelo de Ares puede albergar nuevas edificaciones. «El resto es suelo rústico puro y duro desde que en el 2008 nos tumbaron el Plan General», se lamenta Julio Iglesias, regidor socialista del municipio. Asegura que todos los días recibe consultas de promotores y particulares que quieren levantar sus proyectos, «porque el que tiene dinero lo tiene por mucha crisis que haya», argumenta. Por eso para Iglesias no existe contradicción en que 900 apartamentos estén sin vender en el municipio y que sin embargo haya demanda de otro tipo de viviendas. «Somos el único concello que sigue creciendo en habitantes en la comarca y la gente que quiere asentarse no busca un apartamento de 40 metros, quiere algo mejor, mientras que son las pequeñas viviendas para segunda residencia las que no tienen salida, porque la clase media es la que está sufriendo la crisis». La parálisis constructiva se deja notar en el Concello. «Antes ingresábamos más de 200.000 euros en licencias al mes, ahora no llegamos ni a 300.000 al año, incluyendo obra pública y rehabilitaciones», asegura.
«Le voy a echar lo que haga falta para tener Plan»