Los indignados señalan a Baltar

Miguel Ascón Belver
miguel ascón OURENSE / LA VOZ

GALICIA

El 15-M entra en el Pazo Provincial al grito de «Deputación, corrupción»

09 jun 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El movimiento 15-M en Ourense da sus últimos coletazos, al menos con el modelo actual de acampada. Las tiendas de campaña se levantarán el sábado de la Praza Maior tras el pleno de constitución de la nueva corporación municipal en la Casa do Concello ubicada en ese mismo lugar. Los indignados ourensanos se plantean ahora cómo mantener viva la llama de su reivindicación y planean seguir celebrando asambleas y acciones específicas de protesta. Ayer, de hecho, dejaron la plaza y dirigieron su ira hacia la Diputación de Ourense. Las continuas polémicas que protagoniza su presidente, José Luis Baltar, no pasan inadvertidas para el movimiento 15-M, que entró en el Pazo Provincial al grito de «Deputación, corrupción».

La movilización fue protagonizada por una docena de personas, algunas de ellas vestidas con trajes y portando ladrones y enchufes. Pretendían denunciar el supuesto nepotismo del presidente de la Diputación ourensana en sus contrataciones. «Aquí están os enchufes, que saian os ladróns», rezaba la pancarta que portaban y que pasearon en su recorrido desde la Praza Maior hasta el Pazo Provincial. En la calle del Paseo habían planeado encontrarse con medio centenar de alumnos del instituto Portovello de la capital. «Mala educación, indignación», gritaban los adolescentes siguiendo el modelo del 15-M, aunque en este caso protestando por una medida concreta de la Xunta que elimina del centro la enseñanza de ESO y bachillerato para impartir exclusivamente formación profesional.

Después de hacer una parte del recorrido juntos, los estudiantes dejaron la manifestación, que continuó hasta el Pazo Provincial con una docena de indignados. «Non hai pan para tanto chourizo», gritaban mientras repartían rodajas de ese embutido a los peatones que se encontraban. A su llegada a la sede central de la Diputación ourensana no se amilanaron y entraron hasta el vestíbulo. Allí siguieron con sus cánticos y uno de sus portavoces lanzó, vía megáfono, una proclama contra la supuesta corrupción que existe en la institución. A pesar de que la protesta había sido convocada hace días y de que los manifestantes fueron seguidos por un coche patrulla de la Policía Nacional todo su recorrido, dentro del Pazo Provincial no había vigilancia alguna y los agentes del vehículo no salieron del mismo. Tampoco había, como es habitual en la Diputación ourensana, ningún vigilante de seguridad, de modo que la única reacción que provocó la protesta fue que uno de los porteros se situase en lo alto de la escalera para controlar al grupo en el caso de que quisieran subir en busca de José Luis Baltar.

De retirada

Los indignados ourensanos no lo hicieron y, tras un par de minutos en el vestíbulo sin que nadie impidiese su protesta, se fueron sin más. Ahora deben organizar su retirada estratégica. Según acordaron en una asamblea, tras una votación bastante reñida en la que participaron 45 personas, la acampada se irá levantando durante los próximos días para desaparecer por completo el sábado, fecha marcada para el pleno de constitución de la corporación municipal ourensana. Antes planean recibir a los futuros concejales con una cacerolada. Quieren que se les oiga y, sobre todo, que no se les deje de oír, algo complicado dadas las circunstancias.