Gaspar Llamazares fue recibido a pedradas en Penamoa

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

GALICIA

El portavoz de Izquierda Unida tuvo que salir huyendo del poblado chabolista coruñés

27 abr 2011 . Actualizado a las 20:28 h.

El portavoz de Izquierda Unida en el Congreso, Gaspar Llamazares, tenía claro que la visita de ayer a A Coruña sería fugaz. Pero no tanto. Unas veces por llegar a tiempo a sus compromisos electorales y otras porque, literalmente, lo corrieron a pedradas, lo cierto es que el político no paró quieto.

Aterrizó en Alvedro sobre las dos de la tarde con cinco horas por delante en las que tenía que comer con los responsables del partido en la provincia, someterse a las preguntas de los periodistas en una rueda de prensa junto a los candidatos a la alcaldía por A Coruña y Cambre; para luego caminar juntos hacia el asentamiento chabolista de Penamoa y después reunirse con los vecinos de la zona para mostrarles su apoyo.

El almuerzo de partido y la rueda de prensa transcurrieron sin problemas y en tiempo. El problema vino luego, cuando quiso conocer ese poblado que no hace muchos meses era conocido como el supermercado de la droga del norte de España. Quería comprobar cómo se está llevando a cabo su desmantelamiento y el realojo de los que allí viven. Así que se presentó, sin presencia policial ni escolta -el político riojano no cuenta con personal de seguridad- en medio del poblado, acompañado de un nutrido grupo de periodistas y vecinos de la zona. Pero desde que se inició el desalojo de las chabolas y su derribo, los moradores se han vuelto muy ariscos y cualquiera que se acerque con corbata o en grupo lo convierten en enemigo.

Primero lo recibieron a insultos, luego llegaron las amenazas -uno de los chabolistas le advirtió de que tuviese cuidado, que «llevamos una semana sin comer»-, y al final, el lanzamiento de piedras, palos y hasta barras de hierro, alcanzando dos vehículos de periodistas. «No me esperaba otro recibimiento», decía después un resignado Llamazares, que se mostró comprensivo con los agresores: «Sus circunstancias les empujan a esto».