Idean un sistema para proteger las rías frente a las mareas negras

Pablo González
pablo gonzález REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Consiste en sujetar las barreras a amarres fijos en el fondo del mar

21 feb 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El 4 de diciembre del 2002, un ejército de pequeñas barcas salió a la bocana de la ría de Arousa para enfrentarse a una lengua de fuel del Prestige que amenazaba con arruinar una de las zonas marisqueras más ricas del mundo. El combate fue arduo y las imágenes de los marineros recogiendo el fuel con sus propias manos dieron la vuelta al mundo, pero desde entonces se echó de menos un sistema de protección por medio de barreras que pudiera defender una amplia superficie y, al tiempo, soportar los embates del oleaje.

Esta es la filosofía del proyecto creado por el capitán y experto en peritajes marítimos Antonio Bustabad Rey, consistente en defender las bocanas de las rías mediante un sistema de barreras que tendría elementos fijos de sujeción, tanto en tierra -mediante noráis de costa que han sido diseñados para que apenas tengan impacto visual en el litoral- como en el fondo del mar, mediante muertos de hormigón armado con ganchos de acero inoxidable que sujetarían las barreras.

Las defensas anticontaminación oceánicas suelen tener graves problemas de estabilidad y a menudo es necesario utilizar un remolcador u otra embarcación de Salvamento Marítimo para sujetarlas, cuando estos medios podrían dedicarse a otros cometidos en plena emergencia marítima. De lo que se trata es de instalarlas de forma que el oleaje no las disperse y que tampoco sean necesarias embarcaciones que permanentemente estén sujetándolas.

Dos horas de montaje

El dispositivo ideado por Bustabad Rey, que ha sido presentado a distintas Administraciones, ya cuenta con proyectos de protección para las rías de A Coruña y Ferrol, «que están quizás entre las más sencillas», asegura Bustabad, quien considera que en dos o tres horas pueden desplegarse las barreras si la infraestructura fija -los muertos submarinos y los noráis de costa- se han colocado previamente.

Un equipo de submarinistas amarrará a cada soporte de hormigón unas boyas de nuevo diseño a las que, a su vez, se engancharán las barreras oceánicas. Los puntos de amarre submarinos podrán ser localizados mediante GPS, pero es conveniente balizarlos con un boyarín de material plástico para evitar problemas de localización en el supuesto de que los muertos estén cubiertos por arena o sedimentos

Estos dos planes de protección que se reflejan en el gráfico de esta página servirían para proteger las rías de una amenaza exterior -un vertido con una deriva hacia la bocana de los estuarios-, pero también podrían utilizarse para evitar escapes de hidrocarburos desde las rías si se decide refugiar un buque con problemas en una de ellas. En caso de que haya que trasvasar la carga a otro petrolero, las dobles barreras garantizarían que los eventuales vertidos no se extenderían al litoral más próximo. Según el autor del proyecto, una vez instaladas las defensas tan solo sería necesario supervisarlas cada cierto tiempo para comprobar que no se han roto por culpa del oleaje.

Para instalar los muertos habría que hacer antes un estudio batimétrico y elegir zonas «a las que se pueda acceder fácilmente con mala mar», asegura Bustabad, que está convencido de que lo importante es proteger el interior de las rías, aunque con este modelo también podrían defenderse zonas de gran valor ecológico, como es el caso de las islas Cíes.