«No vi al niño», dice el chófer del bus que arrolló mortalmente a un escolar en Lalín
GALICIA
El fiscal rebaja de 3 a un año y medio la pena de cárcel que solicita para el conductor y la cuidadora del autocar
03 dic 2010 . Actualizado a las 02:48 h.Cinco horas de juicio y casi una veintena de testimonios no fueron suficientes para aclarar qué pasó hace hoy justamente tres años cuando el conductor de un autobús escolar atropelló mortalmente a un niño de 8 años a las puertas de un colegio del municipio pontevedrés de Lalín.
«No vi al niño en ningún momento, y cuando lo vi después tendido en el suelo, no me lo creía», afirmó ayer durante el juicio el chófer, José Luis García. «Paré el bus tan pronto noté algo», añadió.
Él y la cuidadora del autocar, María del Pilar Cacheda, se enfrentan a un año y medio de cárcel por homicidio imprudente por el fallecimiento de Santiago Miguélez, de 8 años. El escolar fue arrollado segundos después de bajar del autocar a la entrada del colegio Varela Buxán, en Cercio. Aunque el fiscal pidió en un principio tres años de prisión para cada uno, rebajó la petición a la mitad tras escuchar ayer los testimonios durante el juicio celebrado en el Juzgado de lo Penal número 1 de Pontevedra.
Una hipotésis que se manejó durante el proceso fue que el niño bajó del autobús, entró en el recinto escolar, salió al caerle un yogur y se metió debajo del autobús sin que nadie lo viera para cogerlo, momento en el que se produjo el trágico suceso. Otra hipótesis que se planteó durante el juicio se centró en que Santiago Miguélez nunca llegó a entrar en el colegio debido a un descuido, y que en lugar de acceder al patio por delante del vehículo, lo hizo por detrás produciéndose el mortal accidente.
El fiscal y el abogado de la familia argumentaron que tanto el chófer del autobús como la cuidadora fallaron en sus responsabilidades al no cerciorarse de que los 14 niños que iban en el autocar de ocho toneladas habían accedido al recinto escolar.
«El niño entró»
Sin embargo, los abogados de la defensa afirmaron que el niño sí entró en el colegio, pero que salió al caérsele el yogur. Un atestado elaborado por los dos guardias civiles que analizaron el lugar del suceso recoge que había restos de un postre lácteo. «Yo lo vi entrar en el recinto escolar porque fue uno de los últimos en acceder al colegio», explicó la cuidadora. «Vi a todos dentro -añadió-. Fuera no quedaba nadie». Durante el juicio testificaron tres amigos de Santiago -tras un biombo-, aunque hubo contradicciones. El juicio quedó visto para sentencia.