Han tenido que pasar más de once años y un mes para la celebración del juicio por la desaparición y más que previsible muerte de Guillermo Collarte López. Solo la insistencia de Berta Collarte, hija de quien en su momento fue el primer presidente de la Confederación Empresarial de Ourense, impidió que el asunto cayese en el olvido. Ha sido una pelea constante. Reconstruir los pasos de Collarte el 5 de octubre de 1999, cuando se desplazó desde Patos a Valença para ver una obra, ha llevado años. Al final, los acusados han resultado ser sus socios y terceras personas. La insistencia de esta mujer la hizo destinataria de amenazas de muerte. La Audiencia Provincial de Ourense condenó a finales de julio por aquellos hechos a tres ciudadanos portugueses, entre ellos, como supuesto cerebro, a uno de los cuatro acusados del secuestro de Collarte. La vista oral celebrada ayer situó el origen de los hechos, como la hija del empresa narró, el 12 de agosto del 2008, fecha en la que Guillermo Collarte fue víctima de un peculiar secuestro exprés. Lo obligaron a entrar en un coche en Patos y durante un trayecto de media hora fue amenazado. Le exigieron el pago de 150 millones de las antiguas pesetas. Un año y dos meses después las amenazas se materializaron.