Un catalán afincado en Fisterra encuentra un cuerpo que podría ser el del peregrino italiano desaparecido

J. V. L. CARBALLO/LA VOZ.

GALICIA

08 sep 2010 . Actualizado a las 03:19 h.

Un hombre de origen catalán afincado en Fisterra encontró ayer al mediodía un cuerpo que podría pertenecer a Giulio Recusani, el peregrino italiano que desapareció en la playa Mar de Fóra el pasado 20 de agosto.

El cadáver fue localizado sobre las 13.20 horas prácticamente en el mismo punto en el que el joven, de 26 años, estuvo nadando el día del accidente. Presentaba signos evidentes de descomposición y había perdido algunos miembros, como consecuencia de la prolongada estancia en el mar. Estas características invitan, según fuentes de emergencia de Fisterra, a pensar que puede tratarse de Giulio. Sin embargo, hay algo que no encaja: «Dixéronnos que levaba un bañador blanco e apareceu cun vermello», señaló Pablo Casais, el responsable de Protección Civil, que atribuye esta discordancia a un posible error en la descripción por parte de las personas que alertaron del accidente, pero prefiere esperar a tener alguna evidencia científica para pronunciarse.

Precisamente para obtener esta confirmación, se desplazó una forense desde Santiago, que estuvo presente en el levantamiento del cuerpo, junto a la Guardia Civil y los trabajadores funerarios, que retiraron el cuerpo poco después de las 17 horas.

Las pruebas médicas a las que será sometido el cadáver en las próximas horas podrían arrojar un resultado definitivo, en vista de que el reconocimiento visual se antoja complicado debido al estado de deterioro en el que se encuentra. Respecto al hecho de que apareciese prácticamente donde el mar se lo llevó, los pescadores de Fisterra tampoco se atreven a aventurar teorías porque «do mar pódese esperar calquera cousa», aunque consideran que la hipótesis más probable es que estuviese hundido cerca de la playa.

Curiosamente, el catalán que encontró el cadáver era amigo de Juan Manuel Cerdán Cabello, el hombre de 45 años que murió el sábado pasado después de caer al mar junto al faro de Fisterra.