El «lobby» socialista gallego en Madrid

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID/LA VOZ.

GALICIA

Las habituales reuniones de miembros del PSOE nacidos en Galicia y que ocupan altos cargos en la capital aglutinan cada vez mayores cuotas de poder político

02 jul 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Son un grupo cada vez más numeroso. Y ocupan en este momento mayores cuotas de poder que nunca. Desde hace tiempo, los políticos socialistas de Galicia que desempeñan cargos de responsabilidad en Madrid tienen la costumbre de reunirse periódicamente en la capital. Lo hacen para formar grupo, compartir información o intercambiar experiencias. Y con el denominador común de las cuestiones que afectan a Galicia. No hay objetivos específicos, agenda ni estrategias políticas, aseguran fuentes conocedoras de esas reuniones. Se trata simplemente de mantenerse en contacto en una ciudad como Madrid, que no lo pone fácil.

De la influencia que ha logrado reunir este lobby de los socialistas gallegos en la capital da idea el hecho de que a la última reunión, en forma de cena celebrada el pasado miércoles, asistieron tres ministros del Gobierno de Zapatero, además de numerosos diputados, senadores, directores generales de distintos ministerios, y directores y presidentes de diversos organismos autónomos. Desde hace tiempo, lo que empezó como una simple reunión de emigrados laborales forzosos a Madrid ha ido aumentando en asistencia. Pero es ahora, cuando la figura de José Blanco ha trascendido definitivamente el ámbito político de Galicia para convertirse en el primer referente del Gobierno después de Zapatero, cuando este lobby gallego ha comenzado a llamar la atención.

Junto a Blanco, son fijos en estas citas el ministro de Justicia, Francisco Caamaño, y la titular de Medio Ambiente, Rural y Marino, Elena Espinosa. No así la cuarta ministra gallega, Elena Salgado, que no asistió a la cena del miércoles ni es habitual de las reuniones.

Contacto con Pachi Vázquez

Las cenas tienen una periodicidad trimestral y el secretario general de los socialistas gallegos, Pachi Vázquez, que no estuvo en esta última, tiene la costumbre de asistir a uno o dos de los cuatro encuentros anuales. En este grupo no hay escalafón ni organigrama, por lo que los ministros y otras personalidades son uno más que se sienta a la mesa como cualquier otro cargo de la Administración. Entre quienes se ocupan de la intendencia de las reuniones figuran el ex presidente de la Xunta y actual presidente de Puertos del Estado, Fernando González Laxe; el senador del PSdeG Miguel Fidalgo, o la presidenta del grupo de empresas públicas Tragsa, y ex concejala en Vigo, María Luisa Graña.

De momento, no participan en estos encuentros dirigentes de grandes entidades privadas nacidos en Galicia ni empresarios gallegos afincados en la capital, que ya cuentan con su propia asociación, denominada Aegama. Tampoco tienen los asistentes a la reuniones de dirigentes socialistas gallegos en Madrid la costumbre de contar con un invitado especial a cada cena, al estilo de otras tertulias.

Habituales a estas citas del lobby socialista gallego en Madrid son la portavoz del PSOE en el Senado, Carmela Silva; los también senadores Xabier Carro, Miguel Fidalgo y Pablo García; los diputados Domingo Tabuyo, Luis Antonio Gómez Pita y Alberto Fidalgo; el presidente de Aena, Juan Ignacio Lema Devesa; el eurodiputado Antolín Sánchez Presedo; el ex conselleiro de Economía de la Xunta José Ramón Fernández Antonio; el secretario de Estado de Defensa, Constantino Méndez; el secretario general del Mar, Juan Carlos Martín Fragueiro; el secretario general de Transportes, José Luis Cachafeiro; el presidente de la Fundación Renfe, Jaime Barreiro; y una nutrida representación de directores generales y asesores ministeriales.

No se trata de un grupo cerrado, pero sí de un conjunto bastante homogéneo en lo ideológico y lo político. No tienen mayor interés que el de sentarse periódicamente a hablar de Galicia y de sus respectivos trabajos. Pero no cabe duda de su influencia. Ninguna otra comunidad tiene cuatro sillas en el Consejo de Ministros.