El ministro de Fomento niega que se vayan a producir retrasos en la ejecución del AVE Lubián-Ourense
20 jun 2010 . Actualizado a las 13:28 h.Decenas de personas se reunieron ayer en los cuatro viaductos que cruzan la A-75, la nueva infraestructura que conecta Verín y la autovía Rías Baixas (A-52) con la frontera portuguesa, para ver pasar los primeros coches que desde ayer circulan por ella. Este hecho delata la expectación que existía en las comarcas fronterizas ourensanas y lusas más beneficiadas por la puesta en marcha de esta autovía, que ayer fue inaugurada y abierta al tráfico por el ministro de Fomento, José Blanco, y por su homólogo portugués, Antonio Mendonça.
Ambos cortaron la cinta que hasta ayer impedía el paso de vehículos por el nuevo puente transfronterizo que une Feces de Abaixo (España) con Vilaverde da Raia (Portugal) sobre el río Pequeno. Del lado luso, los coches seguirán su recorrido también en autovía, concretamente por la IP-3, que conecta las localidades de Chaves y Viseu. El puente ha costado 2,3 millones de euros y ha sido financiado a partes iguales por los dos Gobiernos, mientras que Fomento paga los 59,5 millones en que están valorados los 12,7 kilómetros de la A-75 desde el enlace con la A-52 hasta la frontera portuguesa. Cabe destacar, además, que la nueva autovía cuenta con una conexión a la nacional 532 en la población verinesa de Mandín y que la infraestructura cuenta con ocho pasos inferiores y 17 kilómetros de caminos de servicio.
Cooperación territorial
En sus discursos los dos ministros aludieron a la importancia que la nueva A-75 tendrá para la comunicación entre ambos países. Tanto Blanco como Mendonça dijeron que la infraestructura ejemplifica el buen estado de las relaciones entre los Gobiernos español y portugués, así como el impulso que desde ambos lados de la frontera se da a la cooperación territorial.
El ministro luso de Obras Públicas y Transportes dijo que la actuación ayer inaugurada «va a cambiar estas regiones y las relaciones entre Portugal y España y va a permitir unir toda esta zona a la red intraeuropea de carreteras». Mendonça hizo hincapié en la importancia que la infraestructura tiene para la fijación de población y la reactivación económica de la comarca portuguesa de Tras-os-Montes que hasta ahora, según reconoció, estaba «aislada».
José Blanco, por su parte, dijo que la obra «refuerza todavía mucho más el vínculo entre dos países hermanos, dos países entre los que las fronteras siempre han sido una línea imaginaria que no nos divide, sino que históricamente nos ha unido». El ministro de Fomento destacó el «acicate» que representa la infraestructura para el transporte de mercancías ya que incluso sin la autovía el paso transfronterizo de Verín y Chaves es el cuarto por número de vehículos pesados en toda la frontera. «Esta autovía nos puede parecer algo pequeño pero es mucho más. [?] Esta autovía y este puente son una nueva puerta que se abre a Europa», dijo Blanco, que finalizó su intervención con una cita del fallecido José Saramago.
Otras infraestructuras
La presencia del portugués Mendonça fue aprovechada para preguntar por la posible paralización del AVE Oporto-Vigo. El ministro luso no quiso entrar en este asunto, aunque en su discurso admitió que en tiempos de crisis «tenemos que ser selectivos». El conselleiro de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas, Agustín Hernández, que también estuvo allí, pidió a Fomento que continúe la tramitación del tramo desde Vigo a la frontera porque, según dijo, «é importante que o lado portugués teña a certeza de que España aposta por esa conexión para non ter ningún tipo de pretexto que a retrase». Finalmente, tanto Hernández como José Blanco negaron que se prevean retrasos en el tramo del AVE entre Lubián y Ourense.