Tres promotores aseguran que la trama de Gondomar les exigía dinero

Carlos Punzón
Carlos Punzón VIGO/LA VOZ.

GALICIA

La Guardia Civil mantiene que los dos ediles del PP hacían equipo, aunque sobre el de Urbanismo solo hay indicios

03 jun 2010 . Actualizado a las 09:47 h.

Socios de tres promociones inmobiliarias proyectadas en Gondomar fueron ayer claros al asegurar en la tercera jornada del juicio que se sigue por corrupción urbanística en dicha villa que desde el Ayuntamiento, gobernado por el PP, se les reclamó dinero para propiciar el desarrollo de sus urbanizaciones. «El arquitecto me comentó que pedían dinero», dijo desde Valencia por videoconferencia un buscador de terrenos para grandes superficies comerciales, que en una de las llamadas intervenidas por la Guardia Civil llegó a admitir que «vamos a colaborar, pero no ahora, que no hay nada, podemos hacer una promesa de palabra de honor, nada más».

Una situación similar fue expuesta ante el tribunal por un propietario de terrenos de Gondomar que planificaba un área de viviendas. «Borja -en alusión al arquitecto imputado que iba a desarrollar los tres proyectos objeto de extorsión- me dijo que había que pagar», exigencia que aseguró también le expresó después en persona el concejal de Cultura, José Luis Mosquera. «Él quiere 30 [millones de pesetas] y ya está», se pudo oír decir al arquitecto en una de las conversaciones grabadas entre el arquitecto y el promotor, que no negó en ella la posibilidad de pagar.

Pero todavía más concluyente para evidenciar la existencia de la trama resultó la intervención de Manuel Rodríguez, un promotor vigués que se prestó a denunciar la extorsión que sufría la empresa de unos amigos que iba a hacer una urbanización en Gondomar. Rodríguez contó sus conversaciones con el arquitecto, en las que el profesional le transmitía las peticiones de fondos, y los encuentros que tuvo con Mosquera. Este fue incluso grabado por el mismo con una cámara botón instalada en su chaqueta por la Guardia Civil. El vídeo, mostrado a la sala, da cuenta del regateo que empezó en 270.000 euros y acabó en 210.000.

Rodríguez fue claro al recalcar que Mosquera y el edil de Urbanismo, Alejandro Gómez «funcionaban como una piña, como una pareja de hecho», pero la apreciación no pudo pasar ayer del terreno de las intuiciones. Gómez fue inculpado por su compañero, señalado incluso como cerebro de la operación por él. Pero nadie, ni el arquitecto, pudo afirmar que el edil de Urbanismo pidiera dinero. Solo aparece en dos de las más de 50 grabaciones telefónicas realizadas por la Guardia Civil. Una sin un fin ilícito claro y la otra como una voz de fondo, que él mantuvo en la vista no reconocer como propia. La investigación policial no tiene dudas, sin embargo, de que Gómez era parte del equipo, pero el jurado puede tener difícil apoyarse en pruebas para lograr su condena.