Visiblemente emocionado, Juan Casares Long no dejaba de agradecer a todos los que se pasaron por la tercera planta de la Facultade de Ciencias da Educación su apoyo en la carrera hacia San Xerome. «Isto só pasa unha vez na vida, tocoume a lotería universitaria», explicaba a La Voz al cerrarse el escrutinio. «Son un privilexiado», añadió.
El catedrático de Enxeñería Química dijo sentirse «moi arroupado pola comunidade universitaria», pero sobre todo por «esta panda de amigos que levan axudando meses. A eles débolles o mérito, foi o seu esforzo, o de todos, e é unha ledicia poder compartir este momento».
En todo caso, el ya rector de la USC tendió puentes a su oponente, Lourenzo Fernández Prieto, y explicó que «agora isto é cousa de todos e a súa colaboración será imprescindible para acadar o que queremos, que é unha universidade mellor». En los próximos días abordará la posibilidad de, igual que hace cuatro años hizo Senén Barro con él, invitarlo a formar parte del Consello de Goberno.
Sin embargo, no hay tiempo para descansar. Hoy mismo se reunirá con su equipo para perfilar ya las líneas maestras de su programa de gobierno para los próximo cuatro años. Tres son las prioridades. «Dar unha imaxe fiel das contas da universidade dende o primeiro día ata o último» al conjunto de la comunidad de la USC, negociar el nuevo plan de financiación y dar salida, antes de septiembre, a su propuesta estrella: otorgar la cátedra a todos los acreditados.