«Dín a finca para que alcantarillen Roibeira porque non hai un can»

M. C.

GALICIA

Un vecino de Betanzos cedió esta semana gratuitamente un terreno para que el Concello levante una estación de bombeo

21 mar 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

La aldea de Roibeira está en un valle fronterizo. «O río pequeno divide a vila. As casas que están para alí do río son de Oza, as outras de por aquí, de Betanzos». Antonio Louriño describe desde lo alto de la carretera que une la Ciudad de los Caballeros con Curtis la geografía del lugar que lo vio nacer en 1931. Sabe mucho de mapas y distancias porque durante años trabajó para la Compañía Telefónica, como continúa llamándola. «Fixemos todas as centrales telefónicas de A Coruña e medimos todo para que logo puxeran as canalizacións», explica.

En Roibeira, según el Instituto Nacional de Estadística, viven 96 vecinos. Son bastantes, pero todavía no hay alcantarillado. Antonio explica que «ten cama alí», pero vive en Oza. Hace poco alguien le comentó que el Concello de Betanzos estaba buscando un lugar para poder levantar una estación de bombeo que permitiera hacer una canalización en la aldea y dejar atrás el pozo negro. «Non puxen pero ningún. Cando souben que buscaban espazo ofrecín a finca. Parece que van poñer algo parecido a unha depuradora, que fagan o que queiran», explica.

Agradecimiento

El 15 de marzo fue al Ayuntamiento para ceder de forma gratuita el espacio preciso para levantar la estación. «Din a finca para que alcantarillen Roibeira porque xa dixo a alcaldesa que non hai un can», comenta. El Ayuntamiento está muy agradecido porque es la buena voluntad de un vecino la que va a facilitar la realización de la obra. «No Concello quedaron contentos e fixéronme un regalo. Un globo de Betanzos feito en cerámica», comenta mientras muestra el detalle de Sargadelos que le regaló la alcaldesa, la popular María Faraldo.

Pero parece que ya antes era un hombre generoso, llegó incluso a compartir el sueldo que ganaba en Cataluña, donde estuvo trabajando varios años. «Estiven en Barcelona e gañaba vinte pesetas ao día; o cuarto no que quedaba costaba vintecinco. O que gañaba non chegaba e mandábanme cartos da casa», recuerda. Pero luego le fue mejor. «Cambiamos para Tarragona e alí gañaba xa o doble. O resto da cuadrilla gañaba menos e repartía. Non ía comer cordeiro e o resto mirar», explica.

Hace años también colocó la línea eléctrica que llega a Oza «e non cobramos nada», explica. «Entón ninguén contaba con tirar co candil e ter electricidade. Pero tódolos veciños axudaban a poñer postes, ata os daban gratuitamente e limpaban os camiños. Agora como non vaia o Concello... Eran outros tempos. Había solidariedade», recuerda.

El caso de este hombre no es el único que se ha producido en Betanzos en los últimos años. Recientemente otros vecinos también cedieron al Concello parte de un terreno para ampliar una rotonda en el centro. Puede que sea el ejemplo que años atrás mostraron los hermanos García Naveira.