La Xunta pasó ayer revista al zoológico de A Madroa para comprobar si sus instalaciones están conformes con la normativa europea sobre animales
09 mar 2010 . Actualizado a las 02:00 h.Los animales del zoológico vigués ya no tendrán que estar expuestos al público de forma permanente como si se tratara de un Gran Hermano . Al fin, podrán gozar de unos minutos de intimidad, aunque sea tras un montón de troncos y piedras. Tampoco tendrá cabida el estrés en A Madroa a partir de ahora. Su nivel se reducirá entre algunas especies como las aves, a las que se ha dotado de pantallas vegetales, de forma que no se vean obligadas a verse las caras, sobre todo si la relación entre ellas no es muy amistosa.
Las mejoras forman parte de un listado de actuaciones elaborado por la Consellería do Medio Rural para obligar al Concello vigués a mantener el recinto de acuerdo con la normativa europea sobre las instalaciones en las que hay animales.
La inspección de la Xunta ponía incluso en entredicho la seguridad de los trabajadores en algunos de los recintos, lo que ha obligado a vallar varios accesos. También obligaba a incrementar el material médico de las dependencias al detectar que no existía siquiera un aparato de rayos X, demandado en varias ocasiones por colectivos ecologistas.
Claro que la moratoria concedida por Medio Rural en otoño no ha dado para tanto y algunas de las obras, como la sala de cuarentena, aún no se han ejecutado. Este espacio se considera fundamental, máxime cuando muchos de los animales que llegan al zoo de A Madroa son de origen desconocido.
Retraso por el temporal
El temporal registrado a mediados de enero causó graves destrozos en las instalaciones y obligó a cerrarlas durante una semana para garantizar la seguridad de los visitantes. Ello, a su vez, retrasó las obras de mejora, igual que el hecho de que el Concello no decidiera el cierre temporal mientras se llevaban a cabo todos los trabajos de adaptación a la normativa.
Ahora, el dictamen de la Xunta, que se hará público en los próximos días, será decisivo para obtener el visto bueno europeo, necesario para la homologación del zoo.
En realidad, la prórroga de la UE para la adaptación del zoo vigués concluyó ya en el 2007, aunque a partir de ahí se iniciaron las moratorias. Si las mejoras no son suficientes, las sanciones podrían llegar a 300.000 euros, cuantía máxima de las faltas graves.
El mal estado que tradicionalmente ha presentado el zoológico desde su apertura hace 40 años ha obligado a una renovación continua en el último decenio y a inversiones millonarias. El primer paso fue eliminar las rejas. Grupos ecologistas llegaron a cifrar en 12 millones de euros la inversión necesaria para preservar el buen estado del recinto y de los animales.
Los primeros beneficiados fueron los osos y, en especial, la osa mayor del zoológico, la veterana de A Madroa. Un estudio externo encargado por la Concejalía de Medio Ambiente detectó en ella problemas psicológicos debido a su avanzada edad, pese a que el dato concreto se desconoce. A estas alturas apenas se mueve. Comer y dormir son en estos momentos sus únicas ocupaciones.