La locuacidad de Fraga genera malestar en la dirección del PP

GALICIA

En Génova consideran que con sus declaraciones sobre el caso Gürtel está tensionando el partido en un momento difícil

19 oct 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

No sé qué resulta más descorazonador. Creer a Manuel Fraga cuando afirma que no conocía de nada al ex secretario de Organización del PPdeG Pablo Crespo o no hacerlo. Si lo que dice es cierto, la premisa implica que Galicia estuvo gobernada durante 16 años por un político que no tenía el más mínimo control de un partido al que los gallegos llevan votando de forma mayoritaria desde el comienzo de la democracia.

Asegurando que nunca trató con Crespo, Fraga está reconociendo que, al menos durante esa etapa, en el PPdeG reinó el caos más absoluto. ¿Ante quién daba cuentas el secretario de Organización? En esa situación, se comprende que Alberto Núñez Feijoo declare algo tan insólito como que no se responsabiliza de nada de lo que haya ocurrido en el PPdeG antes de que él asumiera la presidencia. El pasado miércoles me senté junto a Fraga en su despacho del Senado para preguntarle por algunas de estas cuestiones. Aunque el rugido del león de Vilalba ya no es tan sonoro, Fraga es capaz todavía de soltar un zarpazo cuando no le gusta lo que le preguntan. No fue un diálogo cómodo. Mantuvo un tono evasivo, pero hay que destacar que tuvo el coraje de aceptar la entrevista. Y que no rehuyó ninguna pregunta, cosa que no se puede decir de otros como Rajoy o Camps, que simplemente ignoran a la prensa o la torean.

Sea cierto o no, Fraga da la impresión de creer realmente que nunca conoció a Crespo. Parece que ha borrado de su mente todo lo relacionado con «ese señor», como llama al que fue número tres de su partido. Pero de lo que no parece ser consciente es de que esa afirmación no lo libera de su responsabilidad, sino que más bien la agrava. Solo así se entiende que Fraga se haya erigido en paladín de la exigencia de responsabilidades en su propio partido. O que reparta certificados de honradez entre los dirigentes populares.

Lo cierto es que la locuacidad de Fraga en torno a este caso está generando un profundo malestar en la dirección del PP. La situación ya es bastante complicada, afirman en Génova, como para tensionar el partido de forma gratuita. En el PP no se entiende muy bien adónde quiere llegar Fraga. Pero, dicen algunos, están a un paso de recordarle que, de momento, el único político del PP encarcelado por el caso Gürtel es nada menos que su secretario de Organización. Lo conozca o no.