El PP cede ante la oposición al darle más protagonismo en el Parlamento

GALICIA

PSdeG y Bloque consiguen amplificar su voz en los plenos para ejercer la labor de control al Gobierno de Feijoo

02 sep 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

El grupo del PP despejó ayer el camino para normalizar la vida parlamentaria con el acuerdo alcanzado con las dos fuerzas de la oposición, que ganarán más protagonismo en los plenos de la Cámara para desarrollar su labor de control al Gobierno de Núñez Feijoo. El pacto le permitirá al Bloque duplicar el número de iniciativas que le corresponderían con una aplicación rigurosa del reglamento, mientras el PSdeG obtiene un cupo de propuestas todavía más amplio, que en la práctica lo asimila con el PPdeG. La pax política conseguida en los plenos queda ahora pendiente de que se traslade a las comisiones y demás órganos del Parlamento, donde persisten las diferencias de fondo entre los grupos.

El acuerdo se cerró ayer instantes antes de que comenzara la reunión de la junta de portavoces, a la que no acudió la presidenta del Parlamento, Pilar Rojo, que está de baja tras someterse a una intervención quirúrgica. El reparto de papeles entre los grupos afecta básicamente a los cupos para debatir interpelaciones y mociones, así como a las proposiciones no de ley y preguntas orales.

En cuanto a estas propuestas, el cupo será similar para todos: cada fuerza política podrá introducir un máximo de dos proposiciones en pleno, algo que pone al BNG, con 13 diputados, en pie de igualdad con el PSOE (25 escaños) y el PP (38). Pero los nacionalistas no disfrutarán de esta ventaja en las interpelaciones al Gobierno, ya que populares y socialistas dispondrán de una cuota de dos por pleno, mientras el cupo del BNG será tan solo de una. El mismo esquema se aplicará a las mociones que se derivan de dichas interpelaciones.

La última pata del acuerdo es la que atiende a las preguntas orales. Y aquí imperará también la equidad entre las fuerzas políticas. Cada grupo podrá elevar al pleno una pregunta urgente dirigida al Gobierno, así como dos ordinarias. A estas tres se suma la tradicional pregunta que cada portavoz puede hacerle al presidente de la Xunta.

De 10 a 18 iniciativas

Una de las implicaciones que tendrán aplicación del pacto es que se incrementará la carga de trabajo de los plenos, pues la oposición (PSOE y BNG) tendrán ahora en conjunto margen de maniobra para discutir hasta 18 iniciativas (ocho preguntas, cuatro proposiciones, tres interpelaciones y tres mociones) frente al cupo de diez iniciativas que tuvo la oposición del PP en la pasada legislatura.

El PP es, a primera vista, la fuerza que más pierde con este acuerdo por cederle protagonismo a los demás grupos, aunque donde realmente gana es al asegurarse una pax parlamentaria para no dañar su imagen ante la opinión pública. De igual modo, el grupo del Gobierno siempre tiene plena libertad para regular las comparecencias de los miembros del Ejecutivo, a la vez que dispone de la mayoría absoluta en la junta de portavoces para decidir las órdenes del día de cada sesión plenaria.

Los portavoces de los tres grupos coincidieron en calificar el acuerdo alcanzado de «satisfactorio», aunque con algunos matices. El nacionalista Carlos Aymerich se expresó en estos términos, pero remarcó que el pacto solo fue posible mediante «unha cesión da nosa parte», que lleva al Bloque a perder comba en relación al PSOE.

En similares términos se expresó el socialista Xaquín Fernández Leiceaga, quien valoró positivamente el «escenario de diálogo» abierto por los tres grupos, y mostró su confianza en que el acuerdo pueda extenderse en un futuro cercano a las comisiones, donde socialistas y nacionalistas protagonizaron algunos plantones en los últimos meses al discrepar con la forma del PP de regular su trabajo.

Finalmente, el popular Manuel Ruiz atribuyó el acuerdo en gran medida a la «xenerosidade do PP», y recalcó que por primera vez se cede a los grupos de la oposición el «peso» del control al Ejecutivo.