Decenas de concellos optan por minidepuradoras para evitar el coste de las redes de saneamiento

C. P.

GALICIA

Los expertos destacan que no generan residuos y que sus aguas son reutilizables

25 ago 2009 . Actualizado a las 02:09 h.

La alta inversión necesaria para tender redes de saneamiento y colectores y los problemas legales y de mantenimiento que generan sus vertidos, como ocurre también con las fosas sépticas, están llevando a decenas de ayuntamientos gallegos y a comunidades de vecinos de nuevas urbanizaciones a optar por la instalación de minidepuradoras. Propuestas por expertos medioambientales para acabar con las incidencias de los pozos negros y el vertido diario en Galicia de 130.000 litros de agua sin depurar, dichas plantas cuentan con un mantenimiento escaso, necesitan una pequeña obra para su instalación y no generan residuos, circunstancia que hace que su coste por usuario se sitúe en torno a la mitad del de las plantas tradicionales.

La obligatoriedad de sanear desde el 2006 las aguas residuales de los núcleos de menos de dos mil habitantes está haciendo proliferar en el mercado esas pequeñas instalaciones de tratamiento cuyo tamaño se asemeja al de un contenedor (tiene algo más de seis metros de largo) que puede ampliarse con nuevos módulos y atender a grupos de usuarios de 6 a 600 personas.

Cien concellos ourensanos y otros 52 del resto de Galicia, así como varios ayuntamientos de Valencia, Canarias, Andalucía, Cataluña, Madrid y siete localidades de Portugal han adquirido plantas depuradoras prefabricadas creadas por una empresa gallega, Soluciones Medioambientales y Aguas (SMA), para atender las necesidades de saneamiento de núcleos alejados de las redes principales, como en el caso de las islas de Toralla (Vigo) o de Ons, donde el coste del tendido público se dispararía por su complejidad técnica.

Con un coste de adquisición medio de 150.000 euros (frente a los 60.000 euros por kilómetro de colector de las plantas tradicionales), las minidepuradoras basan su funcionamiento en un tratamiento biológico de los sólidos y lodos y la desinfección de los líquidos mediante ozono que permite la reutilización de las aguas una vez tratadas. Las redes de colectores precisas para llevar los residuos a estas plantas son de carácter local y, al tener menos longitud, son mucho menos costosas.

Según los estudios de SMA, el reciclaje de las aguas tratadas en las minidepuradoras supondría en Galicia un ahorro anual de entre 140.000 y 170.000 euros para una población de 2.000 habitantes. Una urbanización deportiva de Lanzarote capta al día 250 metros cúbicos del agua necesaria para regar sus campos de golf, lo que supone el 20% de las necesidades de mantenimiento de dichas instalaciones.

«Las fosas sépticas están llamadas a desaparecer, al ser en general instalaciones escasamente mantenidas, tener que pasar sus filtraciones dos análisis oficiales cada año, evacuar sus sólidos con permisos legales y generar problemas de olores e inundaciones», señala Inmaculada Rial, ingeniera de SMA, que defiende la implantación de minidepuradoras en Galicia para salvar el déficit de tratamiento de aguas residuales.