El tabaco de contrabando reaparece favorecido por la crisis económica

GALICIA

Los estanqueros denunciaron la presencia de las cajetillas ilegales en el mercado vigués de A Pedra

09 ago 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Ni la ley antitabaco ni la subida del precio de los cigarrillos consiguieron que los gallegos dejaran de fumar. Lo que sí lograron las últimas subidas de impuestos fue que reapareciese algo que en Galicia parecía extinguido, el consumo de tabaco de contrabando. Aunque más que el incremento del coste de los cigarrillos, lo que hace aflorar el tabaco ilegal es el atrevimiento de algunos para traficar con esta mercancía, acuciados por la crisis económica. Como en los tiempos históricos del contrabando, es más el exceso de oferta que la demanda lo que modifica las costumbres del fumador.

Hace ya tiempo que el mercado ilegal de tabaco está en manos de las mafias chinas, pero su presencia en territorio gallego no se había hecho notar hasta hace poco. Ahora sí. Hace unos días, en la Festa do Albariño de Cambados, los vendedores ambulantes ofrecían a los turistas cajetillas que, desde luego, no habían pagado impuestos ni pasado por aduanas. Y la Asociación de Estanqueros de Pontevedra ya ha denunciado ante la Guardia Civil la presencia de tabaco ilegal en el mercado vigués de A Pedra. Como indica Santiago Baleirón, presidente de esta entidad, «además de un fraude fiscal es un fraude sanitario, porque lo venden como si fuera americano y es falsificado, y muy dañino, porque está cargado de plomo».

En efecto, la mayor parte del tabaco ilegal que inunda el mercado gallego no tiene nada que ver con el Winston de batea de antaño, porque son cigarrillos que se fabrican en China sin control de ningún tipo.

También desde Andorra

Pero el tabaco americano que tan de moda estaba en los años ochenta también accede al mercado nacional procedente de las grandes compañías que lo comercializan desde Europa. Ya no llega en las planeadoras, porque los transportistas gallegos prefieren los pingües beneficios del hachís o la cocaína, pero sí que entra por los montes de Andorra, donde este año se decomisaron unas 161.000 cajetillas, cuando en todo el 2008 apenas fueron retiradas 45.770 del mercado negro.H