La segregación en función de la lengua, un debate abierto

GALICIA

21 may 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Si los padres deciden en qué lengua quieren que estudien sus hijos, como prometió Feijoo, se abre la posibilidad de separar a los alumnos en función del idioma, una opción que aún no han descartado los responsables políticos. La posible segregación ha provocado críticas desde numerosos sectores, pero los expertos en didáctica de la lengua añaden un argumento más a los jurídicos, sociales, y de integración: si los padres creen que sus hijos van a rendir más estudiando matemáticas en la lengua materna, están equivocados.

Bieito Silva es especialista en esta área en la Universidade de Santiago y asegura que «non hai ningunha dificultade pedagóxica tendo en conta a proximidade das linguas». Es decir, en Galicia no hay espacios «castelófonos ou galegófonos» puros, por lo que nada justifica ni demuestra que un alumno gallegohablante aprenda menos porque le den la clase en castellano, y viceversa. «Non hai ningún argumento que respalde que se se segrega o alumnado vaia aprender máis».

En Quebec (Canadá), en donde las realidades lingüísticas están más alejadas, se realizó un experimento para educar a niños anglófonos en francés. Pasado ese período, se comprobó que las competencias se alcanzaron al mismo nivel que el resto del alumnado.

José Manuel Vez, catedrático de Didáctica de la Lengua también en la universidad compostelana, se muestra más indignado. «A segregación lingüística é unha aberración académica, social e xurídica. Os itinerarios segregados só se dan en países non avanzados». Todos los expertos en investigaciones sobre bilingüismo, apuntan estos especialistas, comparten que siempre que se haga de forman integradora, y no segregadora, es positivo.

En estudios de psicolingüística se ha demostrado que los bilingües son capaces de ejercitar un control emocional mayor, incluso en tareas ajenas al lenguaje, porque les cuesta menos trabajo mantener la atención. Se trata de una diferencia mínima, como es lógico, respecto a los que solo utilizan una lengua.

Además de los aspectos académicos, están las dimensiones sociales de la enseñanza. «A educación non é simplemente ter garantías duns resultados académicos», apunta Silva. Respecto a la libertad de los padres para elegir la lengua, indican que los poderes públicos tienen el deber de decidir qué modelo quieren para la sociedad, y si quieren renunciar a esta obligación, los padres también deberían decidir si quieren que sus hijos vayan a la escuela.