Más control para evitar bodas falsas

GALICIA

El Arzobispado de Santiago detecta documentos irregulares para agilizar casorios y pide a los curas que estrechen la vigilancia en los trámites de matrimonios con inmigrantes

08 may 2009 . Actualizado a las 03:14 h.

Puestos a darla con queso, hay quien no tiene el más mínimo reparo en usar las artimañas que sea necesario para llevar a término sus fines, disfrazar la patraña de verdad e ingeniárselas, además, para que la mentira sea bendecida ante los ojos de Dios; matrimonio de conveniencia. ¿El fin? El más habitual: que uno de los contrayentes, extranjero, consiga ampliar su permiso de residencia llevando al altar a un español o española. La Iglesia lo sabe, por eso el Arzobispado de Santiago vuelve a poner sobre aviso a sus sacerdotes -ya lo hizo el año pasado- para que estén «muy cautos» y agudicen los sentidos para detectar posibles bodas de conveniencia.

Y llueve sobre mojado porque, lejos de ser una sospecha sin fundamento, la Iglesia sustenta su advertencia en hechos constatados, como la falsificación -confirmada en varios casos- de documentos eclesiales para agilizar bodas en la archidiócesis y fuera de ella.

En su boletín del mes de febrero, el Arzobispado da cuenta de certificaciones de bautismo falsificadas o de testimonios de soltería amañados. Conclusión y aviso: los curas solo deben admitir la documentación matrimonial que circule de obispado a obispado, rechazando firmemente cualquier otro cauce.

«La generalización del fenómeno referido -señala el boletín arzobispal- obliga a ser muy cautos en la tramitación de expedientes matrimoniales de aquellos inmigrantes que no tengan domicilio o permanencia estable en la parroquia en la que acuerden casarse». Y explica que se han dado casos de emigrantes «que fueron peregrinando, de parroquia en parroquia, tratando de buscar un sacerdote que fuese comprensivo y menos exigente».

Hecha la advertencia, el Arzobispado también se esfuerza para dejar claro que sus intenciones no tienen nada que ver con la discriminación al colectivo inmigrante. Es tajante al señalar que no se trata de sancionarlos por sistema, «sino de defender la propia dignidad del inmigrante y evitar la extorsión de grupos de presión. Los inmigrantes seguirán encontrando en las instituciones de nuestra diócesis las atenciones humanas, pastorales y religiosas que sean propias de la Iglesia católica», insiste el Arzobispado.