El nuevo trazado tendrá una densidad de 5.000 coches diarios y el tiempo de viaje se reducirá a la mitad

La Voz

GALICIA

24 dic 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

El nuevo tramo de la autovía de Ferrol-Vilalba cumplirá la función, en palabras del director de la obra, Luis Miguel Muñoz, «dunha auténtica variante para o núcleo de As Pontes». Esta infraestructura, que abrió al tráfico a las ocho de la tarde de ayer, soportará una densidad viaria de 5.000 coches al día. El tiempo de desplazamiento experimenta un recorte importante, con una reducción del 50%, según anunció la conselleira.

El cambio será sustancial para los conductores, que dejarán atrás el angosto y serpenteante trazado de la carretera comarcal AC-861 para circular ahora por una autovía de 24 metros de ancho, con dos carriles en cada sentido, separados por una mediana de dos metros.

Muñoz explicó que la ejecución de los trabajos, adjudicados a la ute integrada por el grupo Puentes y Viviendas y Cerramientos, supuso la construcción de cuatro pasos superiores y otros seis inferiores, tres más de los previstos en el proyecto, y dos pasadizos de hormigón para el paso de fauna.

La actuación se completó con el levantamiento de dos viaductos, uno sobre el río Eume y otro sobre el Lavadoiro. El primero, de 850 metros de longitud y 97 de altura, fue calificado por el director de la obra «como o elemento máis singular do proxecto». Explicó que en su ejecución se empleó «unha solución innovadora sen o emprego de grúas en terra» que permitió minimizar, según Muñoz, el impacto medioambiental.

La ejecución del último tramo, Cabreiros-Vilalba, arrancó a finales del 2007 y terminará el próximo otoño. Su inversión suma 40 millones de euros. Una vez esté rematada toda la infraestructura, esta se convertirá en el eje de comunicación entre Ferrolterra y Eume con la autovía del Cantábrico (A-8), lo que articulará el enlace tanto con el norte de Asturias y la cornisa cantábrica, como con el sur, con la A-6.