«Nunca pensé que era un becerro lo que me golpeó en la espalda»

GALICIA

Una coruñesa embestida por una res en la calle creyó que la atropellaba un coche

20 dic 2008 . Actualizado a las 12:44 h.

A Juliana Moscoso Lema le entra la risa floja en cuanto recuerda el suceso que vivió el pasado jueves por la mañana. Un becerro que se había escapado del matadero municipal de A Coruña la embistió en plena calle. Ocurrió a la salida del polígono de A Grela, al lado del pabellón de la Sagrada Familia. El resultado fueron diversas magulladuras en el costado izquierdo y una costilla rota. «Si lo pienso ahora me río, pero es que me pudo haber matado y eso ya no es una risa», dice sentada en el sofá de su casa, donde guarda reposo de sus heridas.

«Yo venía caminando del colegio de mi hijo. Me había citado la profesora para comentarme cómo iba el chaval en clase. Iba caminando tranquilamente por la calle. Hablaba con mi marido con el móvil hasta que noté un fuerte golpe en la espalda», recuerda la afectada. El impacto fue tal que cayó al suelo violentamente: «No vi absolutamente nada. Lo único que sé es que saltó mi teléfono por los aires y que sentí un dolor muy grande en la espalda».

Lo que menos pensó Juliana Moscoso es que había sido víctima de la embestida de un animal de 400 kilos. «Nunca pensé que era un becerro lo que me golpeó en la espalda. Pensé que se trataba de un coche o que me habían dado con una barra de hierro para robarme el bolso. Lo último que se me podía rondar por la cabeza es que andaba un animal tan grande suelto por la calle».

La mujer solo supo lo que le había pasado cuando ya se encontraba en el suelo después de recibir el fuerte golpe del animal: «Miré alrededor y vi al ternero corriendo por la acera a toda pastilla. Se echó por entre los coches que estaban aparcados. Pensé que no cabía, pero él empujó y se echó a la ronda de Outeiro. Entonces ya no vi nada más. Sé que luego embistió a un policía y a alguna persona más».

Ayudada por unos albañiles

En cuanto vieron el suceso, unos albañiles que trabajan en las obras del parque de Vioño acudieron a ayudarla. «Los obreros bajaron inmediatamente, me socorrieron -recuerda-. Llamaron a la ambulancia, a mi marido y todo. Yo estaba tan impresionada que no podía asimilar lo que me había pasado».

Cuando ya se dio cuenta de lo que realmente le había sucedido, su incredulidad no descendía: «No me lo creía. Es que no podía creérmelo. No paraba de preguntarme, ¿pero de dónde pudo haber salido este animal? Yo ni sabía que había un matadero ahí, en A Grela, pensaba que era en el Orzán, donde está la playa del Matadero. Yo no me imaginé eso en mi vida. Luego, me preguntaba si no sería un animal salvaje, pero aquí no hay fincas. Todo era incomprensible».

La noticia se extendió enseguida entre los amigos y familiares de esta mujer. La incredulidad de sus allegados era la misma que la de ella: «Es que es una historia cómica. Nadie se la termina de creer cuando se lo dices. Ayer no paró de sonar el teléfono. Me decían: !Si los santos inocentes aún no son hoy!».

Entre risas, confiesa que después de haber visto las imágenes colgadas en Internet del becerro corriendo por las calles de A Coruña se siente aliviada: «Ya no hace falta que me toque la lotería porque ya me tocó. Tuve mucha suerte, me considero muy afortunada».