El semáforo de Ordes

GALICIA

04 dic 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

El cierre de la autopista AP-9 obligó a desviar a miles de conductores a las carreteras alternativas. La elección principal era la N-550, la vía de titularidad nacional que comunica A Coruña y Santiago. Parecía la solución perfecta, pero nadie calculó lo que podría pasar al trasladar a miles de conductores a una carretera llena de travesías, cruces y glorietas. Esa nueva falta de previsión, la segunda de la mañana del martes, atrapó a los confiados automovilistas en un nuevo caos. Los conductores que entraron en la carretera N-550 en dirección a Santiago se desesperaban ante una caravana que apenas se movía unos metros.

Las horas pasaban y el colapso aumentaba. Los conductores que habían accedido en A Coruña a esta vía convencional, que carece de mediana de separación y cuenta con un solo carril -salvo en algunas cuestas- en cada sentido, tardaron entre tres y cuatro horas en cubrir los escasos treinta kilómetros que separan la ciudad herculina de Ordes. Este era un punto clave del trayecto porque cuenta con el primer enlace a la autopista, que para ese momento (pasada la una de la tarde), ya estaba operativa. Y cuando llegaron a la citada localidad comprendieron lo que pasaba. Vieron con sus propios ojos que la solución a la interminable caravana de sufridores le había sido encomendada a un policía local, que manejaba de forma manual un semáforo clave, al que cambiaba del rojo al verde ante la mirada atónita de los conductores, que para ese momento ya esperaban cualquier cosa.