El entrenador acusado de abusar de sus atletas dice que es víctima de un plan

J. B.

GALICIA

29 nov 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Gonzalo Fernández Insua, Chalo , el entrenador del club de atletismo Costa da Morte que está acusado de cometer varios delitos de abuso, acoso y provocación sexual a seis niñas menores de edad de Fisterra (A Coruña) entre los años 2003 y 2006, ha defendido su inocencia ante el Juzgado de lo Penal número 5 de A Coruña. Ante la jueza argumentó que dichas acusaciones responden a un plan orquestado por una de las niñas integrantes del club.

Según el acusado, esa niña (mayor de edad ahora, aunque los hechos tuvieron lugar entre sus 13 y 16 años) se desvió de la vida deportiva que llevaba en el club. Se mezcló con malas compañías y, ante la insistencia del entrenador, desarrolló una profunda animadversión hacia él. Según este, decidió inventarse varias acusaciones de carácter sexual y esa actitud se extendió al resto de sus compañeras.

Sin embargo, el testimonio de la chica en el juicio fue demoledor. Argumentó que el entrenador empezó a meterse en su vida con una obsesión por los aspectos sexuales. Entre otras cosas, le explicaba cuáles eran las mejores posturas para practicar sexo o le hablaba del tamaño de su pene. La niña aseguró que el acusado, que le había confesado que le gustaba oler bragas, se había hecho con unas suyas. También alardeaba de haber desvirgado a otras chicas del club, menores de edad. Además, explicó que en los viajes solía compartir habitación con él en camas gemelas. Dijo que, en una ocasión, con la luz apagada, el hombre desnudo le insinuó que tenía una erección y la invitó a pasar a su cama.

Aparte de este caso, durante la vista el resto de las niñas vertieron diferentes acusaciones hacia el que fue su entrenador. Dos de ellas recibieron numerosos mensajes con lenguaje soez y alto contenido sexual. En uno incluía una imagen de un pene en erección. El acusado dijo que, en un caso, se había equivocado de destinatario. En otro, señaló lo hacía «por fastidiar», porque estaba ofendido con que la niña abandonase el club.

La Fiscalía, que únicamente modificó uno de los hechos imputados, solicita 12 años de prisión para el acusado. Su defensa, que calificó su actitud de «estúpida e imbécil, pero no delictiva», pidió la absolución al no encontrar carácter libidinoso en ninguno de los hechos juzgados.