«Quinín» no tendrá su San Martiño

Luisa Gutiérrez

GALICIA

El marrano más famoso de Galicia se ha librado al fin de pasar por el matadero, aunque ahora se resiste a separarse de la familia que lo cuidó en el último año

29 nov 2008 . Actualizado a las 19:46 h.

Al cerdo más popular de la Costa da Morte ya le espera un nuevo hogar. Quinín cambiará los paisajes de Dumbría por los de Carral, en donde llevará una vida de lo más acomodada. Sus nuevos dueños -que de momento prefieren estar en el anonimato- han construido una caseta para que se resguarde y pueda conservar la independencia de la cochiquera en la que vivía. En lo alto, han mandado colocar un cartel con el nombre del marrano. «Vai estar moi ben porque esta xente vai coidalo á perfección e non o van matar, que iso é o que nos importa», explicaba ayer Carmen mientras lo acariciaba por última vez.

Por si esto fuese poco, en su nuevo hogar habrá una persona encargada de cuidar a Quinín, y acompañarlo para que no se sienta solo. «É que está acostumado a estar con xente, por iso nos convenceron estas persoas, porque sabemos que vai estar moito mellor, nós aquí non podemos telo», insiste su cuidadora.

A pesar de que todo parece estar siendo positivo, el cerdo «non anda moi católico estes días», según cuenta su familia. Ayer, sus nuevos dueños intentaron llevárselo, pero el marrano se negó a subir al remolque. «É como se entendera todo o que estamos dicindo na casa. Estou convencida de que escoita e dáse conta do que dicimos porque non quere saír da cuadra e anda con moito medo».

Plan de engaño

Antonio y Carmen han diseñado un plan de engaño para conseguir que Quinín se vaya con su nueva familia. «Non lle imos dar nada de comer e mañá [por hoy] temos pensado poñerlle unha pota de caldo no remolque para ver se así cae na trampa, entón chamaremos aos compradores para que veñan a buscalo». En Dumbría están tristes con la marcha de Quinín, ya que en los últimos meses se había convertido en la atracción de la localidad. De hecho, en los últimos días han sido muchas las personas que han llamado a Carmen para negociar la venta del cochino. «Aínda hoxe chamou un señor de Noia que estaba interesado no prezo, pero xa lle dixen que chegaba tarde e que xa negociáramos con outro comprador. Tamén veu unha persoa da Coruña que nos ofrecía 3.000 euros, pero ao velo asustouse porque non se imaxinaba que era tan grande», asegura Carmen.

Pero si ya se ha librado del matadero, ahora Quinín tendrá que luchar por conservar la salud, ya que los 200 kilos que pesa pueden jugarle una mala pasada. Atrás quedan los tiempos en los que el cerdo se paseaba a sus anchas por Dumbría, en compañía de su inseparable amiga Tila , la perrita que cuida también la familia. De hecho, fue una de esas aventuras la que lo lanzó al estrellato mediático.

Enfermo

La historia de Quinín fue peculiar desde el principio. Cuando lo compraron, sus dueños pensaron que padecía alguna enfermedad, ya que apenas comía. «Pensei que tiña algo porque non probaba bocado, nin o veterinario sabía o que lle pasaba porque era demasiado pequeno. Entón, empecei a sacalo con Tila e, pouco a pouco, os tres fixémonos amigos. Así comezou esta historia», explica Carmen. De hecho, Quinín vivió en el anonimato durante los primeros meses de vida, pero en septiembre la gente empezó a pensar qué pasaría con aquel gracioso marrano que se comportaba como un can. Así comenzaron una serie de negociaciones, en las que la familia llegó a pedir hasta 12.000 euros por el animal.

En Dumbría, ayer no se hablaba de otra cosa. «Estamos un pouco tristes, porque nunca imaxinamos isto, pero os novos donos son moi boa xente e din que podemos ir visitalo cando queiramos, porque lle queremos moito». Pero la familia promete más: «O seguinte porco que merquemos chamarase Quinín II», admitió ayer Carmen. Lo que está claro es que pocos cerdos en Galicia han sabido ganarse a la gente como lo ha hecho Quinín, al que, contra todo pronóstico, al final no le llegó su San Martiño.