Cinco focos de fuego, dispuestos de forma estratégica en puntos suficientemente alejados en el espacio natural de A Edreira (Laza) como para que no exista duda alguna sobre la intencionalidad de su origen, destrozaron entre el jueves y ayer algo más de sesenta hectáreas de monte, parte de ellas arboladas, en el macizo central ourensano. Al tratarse de una zona escarpada, de muy difícil acceso, a la que solo es posible llegar en vehículos todoterreno después de cruzar pistas forestales, los trabajos de los equipos de extinción de incendios resultaron especialmente complicados.
Aunque la Xunta lo consideró controlado sobre las cinco y cuarto de la tarde de ayer, un día y cuatro horas después de que se hubiese detectado, los medios técnicos y humanos permanecieron en situación de alerta toda la tarde. El sofisticado vehículo-unidad de mando avanzado de la Xunta se situó fuera del perímetro. El trasiego de todoterrenos de la Guardia Civil y del Ejército se confundía ayer mismo, con el fuego ya controlado, con el de las brigadas de extinción, dedicadas durante toda la jornada de ayer a reforzar el perímetro de seguridad y enfriar la zona.
La aportación de los medios aéreos ha sido determinante. El jueves se movilizaron una veintena de medios aéreos para atacar el fuego desde posiciones elevadas, al ser materialmente imposible el acceso a pie con los coches autobomba. Solo tirando metros y metros de manguera, con los operarios en arriesgadas posiciones en las laderas, se pudo avanzar a pie. La presencia de los helicópteros fue constante durante también todo la jornada de ayer.
El fuego, según las cifras provisionales de Medio Rural, afectó a algo más de 62 hectáreas de un amplio espacio que ronda las 2.300 hectáreas, en el que se confunde una superficie de unas 700 hectáreas de titularidad pública, de la Administración autonómica, con otras 1.600 hectáreas de titularidad privada. Los focos de fuego estaban colocados en fondos de los desfiladeros y a media ladera, lo cual denota, según las impresiones recogidas en el propio lugar, que los autores son buenos conocedores de la zona.
El espacio natural de A Edreira, en el municipio de Laza, es un lugar de muy difícil acceso, que en su día fue refugio de los maquis que operaron en Galicia después de la Guerra Civil. La parte más baja de esta zona, donde quedan restos de lo que un día fue el pueblo de A Edreira, se sitúa a unos mil metros de altitud, mientras que la parte más alta, donde se instalaron los equipos para el seguimiento de las labores de extinción, ronda los 1.500 metros de altitud.
Al cierre de esta edición, las brigadas antiincendios trabajaban en la extinción de otro fuego en Alongos, en el municipio ourensano de Toén. Estas tareas provocaron el corte de un carril de la A-52 en dirección Madrid. Uno de los brigadistas fue llevado al hospital tras sufrir una intoxicación leve.
Por otra parte, un hombre y una mujer fueron detenidos por la policía como presuntos autores de un incendio forestal en el municipio de Miño, según informó ayer la Consellería de Presidencia. Los arrestados son un hombre de 70 años y una mujer de 65.