BNG, CiU y PNV critican el rumbo adoptado por Zapatero con Rajoy

Luís Villamor

GALICIA

27 jul 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Si hay algo que molesta en estos momentos a las fuerzas que integran Galeuscat -BNG, CiU y PNV- es el rumbo que ha escogido el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, al que acusan de apostar con Mariano Rajoy por la «recentralización» del Estado, en detrimento de una España plural.

Ayer, en un acto de celebración del septuagésimo quinto aniversario de la coalición, el estado mayor de Galeuscat denunció la recuperación muscular del Estado central, después de reconocer que en los últimos años las tres nacionalidades históricas «han avanzado mucho». Artur Mas (CiU) puntualizó: «Euskadi, Galicia y Cataluña tienen un reconocimiento mayor, pero no todo el que quisiéramos. Queremos más», reivindicó sin ambages el dirigente catalán.

Las tres fuerzas políticas cuestionaron la actitud de un Zapatero en minoría, que podría necesitar acuerdos para sacar adelante los próximos Presupuestos Generales del Estado. BNG, CiU y PNV defendieron la estabilidad, y sostuvieron que los verdaderos pactos de Estado siempre fueron los que alcanzaron los partidos estatales con los nacionalistas.

Mas se mostró convencido de que entre Zapatero y Rajoy hay epígrafes de los acuerdos que no han salido a la luz, y que consistirían en evitar que el modelo autonómico fuese «más allá». El dirigente vasco Íñigo Urkullu se preguntó qué ha pasado con la resolución del Congreso del 2005, de apoyo al diálogo con ETA para el fin de la violencia. «Cómo vamos a apoyar los acuerdos si no sabemos de qué hablaron Zapatero y Rajoy», se preguntó, tras negar «categoría política» a la organización armada y significar que la lucha contra el terrorismo «va más allá» de la acción policial y judicial y tiene que ver con la «educación, el diálogo y las medidas excepcionales» para la convivencia.

La defensa de las lenguas propias dio lugar a la firma de un manifiesto por parte de BNG, CiU y PNV. «Rechazamos la manipulación e intoxicación que se quiere hacer desde instancias políticas y mediáticas de ámbito estatal, excitando a la opinión pública a que solo tolere derechos y deberes en relación con lo que denominan lengua común y sus hablantes, dejando así en la más absoluta desprotección las lenguas gallega, vasca y catalana y a sus hablantes», recoge el texto, en alusión al manifiesto en defensa del castellano impulsado por Fernando Savater.

Las tres fuerzas nacionalistas suscribieron que «solo habrá democracia si se asume una política de igualdad, no de jerarquización y discriminación entre las distintas lenguas del Estado». La democracia tendría que implicar «la verdadera cooficialidad de estas lenguas en sus respectivos territorios», idiomas que Mas consideró su «ADN» cultural.

BNG, CiU y PNV sostuvieron que la convivencia «pasa por aceptar el carácter plurilingüe y plurinacional, no por negar esta realidad ni por la imposición de una sola lengua, el castellano, como preferente o única, en los territorios que no la tienen como originaria».

Recorte de dependientes

El portavoz nacional del BNG, Anxo Quintana, reclamó para los tres idiomas «estatutos xurídicos iguais que o castelán». Demandó además «tratamentos» distintos en materia de financiación, en función de las distintas realidades socioeconómicas. «A Cataluña pódelle servir o traspaso do 50% de determinados impostos, mentres a Galicia sérvelle ao menos o 80%».

Quintana lanzó una advertencia al Gobierno central en relación a una posible merma presupuestaria en servicios sociales, y reclamó que se fije el coste de aplicación de la ley de dependencia hasta el 2015. «Non imos admitir desde Galicia que se recorten os dereitos, e non me vale que agora se queira rebaixar o número de dependentes. ¡Que o pensaran antes!», exigió.