Logra pasar 102 días sin pagar un euro en un hotel coruñés

Gabriel G. Enríquez

GALICIA

Un cliente sumó 11.400 euros de deuda del 29 de marzo al 8 de julio, hasta que fue detenido por la policía

23 jul 2008 . Actualizado a las 12:23 h.

Estuvo 102 días hospedado en un hotel de la zona de Labañou, desde el 29 de marzo hasta el 8 de julio. Durante ese período, tuvo tiempo suficiente para gastar 1.360 euros en llamadas telefónicas, 1.100 en comidas y 3.800 en consumiciones de cafetería. En total, su cuenta personal superaba los 11.400 euros, según fuentes policiales.

Pero Abdoulaye Soumah, ciudadano guineano de 58 años, no llegó a pagar ni uno. Se excusaba con abonar todas estas facturas una vez que recibiera el ingreso de las pensiones que supuestamente iba a cobrar.

Finalmente, el 9 de julio, el africano decidió que había llegado el momento de marcharse. Avisó al recepcionista para que lo despertara a las siete de la mañana del día siguiente, que abandonaba el alojamiento. Ya vendría su abogado a hablar con los responsables del hotel. Pero lo que se encontró fue a la Policía Nacional, que ya lo había arrestado en otras trece ocasiones, en Madrid, Barcelona y Valencia.

Cliente habitual

C.?V.?P., la propietaria del alojamiento, recuerda la primera vez que lo vio. «Soumah apareció por el hotel el pasado 20 de enero. Indicó que era de Conakry, que tenía dos hijas y que hace poco había trabajado para un banco en Francia. En aquella ocasión tardó en pagar, pero por lo menos lo hizo a finales de febrero», afirmó. Esta mujer recuerda cómo el africano se ganó su confianza. «Era tan mayor que caí. Además, estaba cojo y con unas muletas, pendiente de una operación en una de sus rodillas. Incluso hubo una mañana en la que tuve que llevarlo al Juan Canalejo», declaró.

Después de una breve estancia «junto a unos chicos portugueses en un piso de Meicende, propiedad de las monjas de Labañou», Soumah volvió al hotel. Y esta vez era para quedarse mucho más tiempo. «A partir del 29 de marzo empezó a pedir dinero constantemente. En un principio, algo más de 1.000 euros, a pesar de que él aseguraba tener mucho capital en un paraíso fiscal. Al parecer, estaba tratando de montar un negocio de ahumados en Arteixo», explicó la propietaria. El guineano se sentía como en casa. Tanto que incluso terminó por ponerle la dirección del hotel a su empresa.

«Tal y como señaló la policía, Soumah tenía mucha cara. María, la chica de los recados, recibía órdenes suyas respecto al teléfono móvil, y al final acabó por gastarse 800 euros de su bolsillo en atenderlo. Para más inri, los fines de semana lo llevaba a su casa a comer y a dormir», manifestó la mujer.

Al final, y tras haber pasado tres meses a cuerpo de rey en el hotel, Soumah fue detenido. Ahora sí que tendrá difícil montar su negocio.