Encuentran una pitón de un metro en un contenedor de la zona de marcha de Chantada

Xurxo Alonso

GALICIA

04 jun 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Marcos Eyré se llevó un buen susto en la mañana de ayer cuando se disponía a tirar la basura en un contenedor en las inmediaciones de su bar, A Polémica, situado en la plaza de García Arias de la localidad lucense de Chantada.

En esta concurrida zona de la movida nocturna se había colado ni más ni menos que una pitón real -cuyo nombre científico es Python regius-, de un metro de longitud y 12 centímetros de diámetro, que descansaba en el fondo del colector.

«Fun botar o luxo -dice- e tirei a caixa sen mirar o que había no contenedor». Todo normal hasta aquí. Pero cuál fue su sorpresa al notar que su caja no paraba quieta. «Eu, según a botei, vin que se movía unha cousa debaixo e pensei, ¡está vivo!».

En ese momento Marcos se dio cuenta de que se trataba de una serpiente. No entendía que hacía allí el reptil. Y, sobre todo, no sabía de qué clase podía ser. «Pareceume moi grande para ser do país», explica todavía conmocionado, porque «as cobras da zona, coñézoas».

A pesar de moverse en el interior del contenedor, la pitón ya tenía los minutos contados. «Un corte profundo no pescozo», según indica Protección Civil de Chantada, acabó con la vida del animal. Ellos fueron los que se encargaron de retirar lo que ya era el cadáver del reptil.

A ningún vecino parecía hacerle gracia el asunto. Los había incluso que se apartaban cuando se sacó la serpiente de su sorprendente nuevo hogar. Aunque una vez depositada en el contenedor, todos parecían querer satisfacer su curiosidad.

Entre tanto rebumbio, un vecino se lo comentó a la primera patrulla de la Policía Local que vio. Los agentes, por su parte, tan solo preguntaron si todavía estaba viva, y como la respuesta alertaba de su inminente muerte, continuaron con su ronda. Un par de horas más tarde, sí recabaron información sobre lo sucedido, aunque sin levantar atestado alguno.

Antecedentes en Galicia

En el municipio pontevedrés de Marín, en la parroquia de San Tomé, apareció a principios del pasado diciembre la camisa o muda de piel de una pitón de cinco metros de tamaño. En este caso, los vecinos de la zona alertaron a la Xunta del hecho, que se puso manos a la obra para localizar al reptil, aunque sin éxito.

Otro hecho similar, si cabe más sorprendente, fue el de una señora de Ferrol que una mañana de septiembre del 2007, tras levantar la tapa del váter, se encontró con el ofidio de su vecino, que lo llevaba cuidando desde hacía 11 años.