Los técnicos evaluarán si el inmueble es declarado bien de interés cultural
18 abr 2008 . Actualizado a las 11:58 h.Los tres técnicos de la Consellería de Cultura que hace ocho meses se quedaron a la puerta del pazo de Meirás lograron entrar ayer en el edificio, que se levanta en la localidad coruñesa de Sada, y examinarlo durante cerca de siete horas. La Xunta lleva más de un año litigando con la familia propietaria para acceder al recinto y hacer un inventario con el que iniciar el proceso de declaración de bien de interés cultural (BIC).
Una arqueóloga, una arquitecta y un historiador del arte accedieron al recinto en torno a las diez de la mañana, acompañados por el abogado de la familia Franco, que pactó los detalles de la visita a última hora del miércoles. Portavoces de la Consellería de Cultura, que en torno a las nueve ya aguardaban ante la entrada principal del pazo, precisaron que ayer era el último día que señalaron los tribunales para realizar esta visita, que ya se intentó llevar a cabo el pasado mes de agosto. En este sentido, aclararon que una negativa de la familia hubiese supuesto un delito de desacato, después de la autorización del Tribunal Superior de Xustiza.
«Mucho trabajo»
Los tres técnicos llegaron a las diez y accedieron en su todoterreno por una puerta secundaria, tal y como les había indicado el representante legal de los dueños de la residencia. En torno a las doce de la mañana comunicaban a miembros de la consellería que «tenían mucho trabajo» y que probablemente deberían reanudar el registro por la tarde, como así fue. Los inspectores de la Xunta salieron a las dos para comer en un establecimiento oleirense, pero a las cuatro y veinte ya estaban de nuevo en Meirás. A las siete menos diez dieron por concluida la visita tras recorrer una construcción del pazo conocida como Casa das Conchas y que está fuera del muro principal de la finca. El edil nacionalista sadense Carlos Babío recuerda que en esta construcción residió un tío suyo y relata las razones por las que quedó en el exterior de la residencia. Y es que en el año 1938 la comisión que se hizo con el edificio principal y terrenos de los alrededores para donar a Francisco Franco no localizó al dueño de la casa, que estaba emigrado en Nueva York.
Muchas fotos en los jardines
Los trabajos de los técnicos, que declinaron hacer declaraciones, pasaron desapercibidos para los vecinos de la parroquia de Meirás, pero no para la gran cantidad de medios que siguieron desde el exterior las maniobras del personal de la Xunta, en especial la gran cantidad de fotos que se realizaron a los escudos y piezas ornamentales de los jardines.
Horas más tarde aclaraban en una nota que «posiblemente no será necesaria una nueva visita al haber conseguido datos suficientes». Precisaban que en los próximos días evaluarán los datos recogidos para ver «si se dan las condiciones para que el pazo sea declarado BIC». La conselleira de Cultura, Ánxela Bugallo, y el alcalde de Sada lamentaron todas las trabas que puso la familia propietaria y se alegraron de la inspección.